Los cafés de Buenos Aires, los círculos brasileños de capoeira y tradiciones orales de Honduras y Venezuela aspiran este año a ser reconocidos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, anunció el miércoles la Unesco. AFP/Por Luis TORRES DE LA LLOSA
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura divulgó la lista de candidatos al reconocimiento, entre los que figuran además danzas o fiestas tradicionales de Bolivia, Chile, España y Perú.
Las candidaturas serán examinadas en la IX reunión en París del comité intergubernamental de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, del 24 al 28 de noviembre.
Este año hay ocho candidaturas de inscripción en la lista de salvaguarda urgente, mientras que 46 países aspiran a integrar con sus prácticas la “lista representativa” de patrimonios valiosos pero menos amenazados, que la Unesco opta por destacar como ejemplos cada año.
Las tradiciones orales de los Tolupanes de la Montaña de la Flor, uno de los grupos indígenas cuya lengua está más amenazada de extinción a causa de la cantidad muy reducida de personas que la hablan, figuran entre los ocho patrimonios cuya preservación requiere medidas urgentes. Las tradiciones orales de los tolupanes que habitan una zona montañosa de Honduras reflejan su modo de vida en armonía con la naturaleza, basado en la caza o la recolección.
En el mismo rubro figura la tradición oral Mapoyo, un grupo indígena del sur de Venezuela integrado por tan solo 400 personas que viven a orillas del Orinoco. Su tradición oral incluye narraciones que forman parte de la memoria colectiva y su territorio ancestral.
En la categoría de patrimonios a destacar, Argentina reclama este año que se reconozcan los “rituales, prácticas y relaciones sociales” que genera la cultura de los cafés y bares de Buenos Aires.
El universo del bar porteño integrado por el patrón, los mozos y los parroquianos se convirtió en un “melting pot” o lugar de mezcla de culturas en una ciudad que recibió numerosas y variadas corrientes migratorias a lo largo de los años.
Aunque actualmente existen unos 3.000 cafés o bares en Buenos Aires, la “cultura del café” está presente sólo en algunos de ellos, particularmente los “cafés de barrio” de Saavedra, Núñez, Villa Urquiza, Boedo, Constitución o Mataderos.
Entre las prácticas características que florecen en ese entorno particular figura el rito de usarlo como lugar de libre expresión para charlar de política o de la vida cotidiana, la ayuda mutua y la voluntad de los jóvenes de integrarse para convertirlo en centro de encuentro.
Brasil reclama por su parte que se inscriba en la lista de la Unesco la “roda de capoeira”, los círculos que en casi todo su territorio se reúnen para esta práctica afro-brasileña, a la vez danza y arte marcial.
La capoeira puede ser catalogada como folclore, deporte o incluso una forma de arte, y transmite además una filosofía ancestral. Apareció en Brasil en el siglo XVII en la época de los esclavos, que la usaban como práctica de socialización y solidaridad.
Bolivia presentó a su vez el Pujllay y el Ayarichi, dos músicas y danzas de la cultura Yampara, Chile postuló la costumbre del “baile chino” en las ceremonias católicas populares, España los rituales colectivos de las “tamboradas” y Perú la fiesta de la Virgen de la Candelaria de Puno.