Soldado mata a niño de nueve años

Soldado mata a niño de nueve años

(foto lanacion.com)
(foto lanacion.com)

Ya un tanto superadas las primeras horas del amargo momento que viven y el luto que ha llenado el hogar, surge una nueva versión, con una testigo presencial del hecho en el cual un niño de 9 años resultó muerto al ser abaleado de manera accidental por un efectivo del Ejército, en Sabana Potrera, municipio Bolívar. lanacion.com.ve / Miriam Bustos

Yurfray Prada, tía paterna de Luis Gustavo, el pequeño de 9 años que tras varias horas en agonía murió el martes en el Hospital Central, a causa de dos balazos, luego del suceso registrado el lunes en la tarde, a escasas dos cuadras de su casa, se mostró indignada y muy dolida porque este miércoles los planteles educativos de San Antonio del Táchira dictaron clases con toda normalidad, sin ninguna solidaridad con la familia del menor. Además, Yurfray contó que una hermanita mayor de Gustavo estuvo con él al momento del trágico suceso.

“La niña, de 12 años, venía bajando con él (Luis Gustavo) de la bodega, porque ambos eran muy apegados, para donde iba uno, iba el otro. Se acercaron al soldado, que estaba sentado en una piedra. El niño se sentó también a cierta distancia, pero como dándoles la espalda a ellos. La niña se puso a hablar con el soldado. Le preguntó al chamo si su arma tenía seguro, y él le respondió que sí. Luego le preguntó si la podía tocar (el arma), y también le dijo que sí. Ella asegura que solo la tocó muy rápido y retiró la mano, pero que en ese preciso momento, el soldado hizo como que la asustaba; o sea, hizo un movimiento, un ruido a la vez, como para que la niña se asustara, creyendo que se había disparado, y fue en ese mismo momento cuando realmente se disparó e hirió a mi sobrino”.

Con la voz entrecortada, la dama prosiguió el relato que les contó su sobrina: “la niña, apenas vio que él cayó, desesperada, lo agarró. Él le tomó las manos, le daba besitos y le pedía que no lo dejara morir, que no quería morir. Mi papá y mi hermano acababan de llegar de Cúcuta, casualmente no tuvieron trabajo. Fueron de los primeros en llegar al sitio, después de escuchar los tiros. Se lo llevaron en una moto hasta el comando, en Llano Jorge, para que le prestaran auxilio, pero ahí les dijeron que no tenían transporte, que no había un carro disponible. Finalmente, fuimos nosotros quienes lo llevamos, en moto, al hospital de San Antonio”.

Explicó Yurfray que el trayecto hasta el hospital de San Antonio fue por demás terrible, dificultoso y problemático, pues no hubo quién les “abriera camino” para llegar más expeditamente al centro asistencial. Con el niño aún consciente en sus brazos, aunque sangrando copiosamente, la muchacha le hablaba a su sobrino y le pedía que se mantuviera despierto.

“Yo lo llevaba alzadito al hospital, iba moradito, los labios pálidos. Yo le decía papito, por favor no se duerma, no se duerma padre, por favor. En el camino hubo muchos inconvenientes, los carros no nos daban paso, se le metían a la moto donde íbamos. Cuando llegamos, el niño ya estaba vomitando. Los militares y el comandante del Ejército llegaron cuando ya estábamos en el hospital, pero siempre estuvimos ahí como 20 minutos. Finalmente, ellos hicieron los trámites para trasladarlo al Hospital Central de San Cristóbal, mi sobrino ingresó consciente. Gracias a los militares, el director del hospital apuró todo para la operación del niño”, agregó.

“Yo no lo maté, yo no lo maté”

Luis Gustavo era el menor de cuatro hijos que procrearon Gustavo Prada y Yeni Galvis. “Era la luz de los ojos de la mamá”, añadió Yurfray.

En cuanto a la niña que lo acompañaba al momento de los disparos, explicó que inconscientemente pareciera echarse la culpa de lo ocurrido, al repetir de manera constante “yo no lo maté, yo no lo maté”.

“Tenemos que llevarla a un psicólogo, está bastante afectada. Llora y repite que ella no mató a su hermanito menor, con quien tenía un apego muy especial. En estos momentos nos dirigimos a una marcha en Llano Jorge para pedir el apoyo a la comunidad, en demanda de justicia, incluso de una ayuda económica. Que ayuden a sus padres y hermanitos, aunque sabemos que, ni con eso, el niño volverá con nosotros. Sabemos que fue accidental, que el muchacho tal vez no estaba consciente de que el arma no tenía seguro, pero por ese descuido, ya Gustavo no estará más con nosotros”.

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