India prendió fuego el domingo a un alijo de pieles de tigre, colmillos de elefante y cuernos de rinoceronte, en un intento de disuadir al contrabando y comercio de fauna salvaje en el sureste asiático.
La caza furtiva y el contrabando de trofeos han florecido en India, impulsados por la demanda en el mercado negro proveniente de China, Vietnam y otros países del sureste asiático donde muchos creen que algunas partes de animales exóticos tienen propiedades medicinales o afrodisiacas.
El ministro indio de Medio Ambiente, Prakash Javadekar, cargó el domingo miles de pedazos de animales en un gran horno en el zoológico de Delhi. Entre los objetos incinerados había pieles de tigre y leopardo, pieles de reptil, cuernos de rinoceronte y unos chales conocidos como shatush fabricados con piel de chirú, una especie de antílope en peligro de extinción originaria del Tíbet.
El acto del domingo, señaló el Ministerio de Medio Ambiente, “es un intento de condenar las actividades inmorales, indiscriminadas e ilegales de recogida y comercio de productos de fauna salvaje”. AP