Las instituciones educativas se han convertido en el blanco preferido de los delincuentes. Entre septiembre y octubre, unas seis escuelas fueron violentadas, incluso en más de una oportunidad un mismo recinto fue perpetrado por los malhechores.
La poca o nula vigilancia de esas entidades, los crecientes e incontrolables índices de inseguridad y la falta de estrategias efectivas por parte de los funcionarios policiales, dejan ver a las escuelas y liceos en un lamentable estado de vulnerabilidad.
El 16 de septiembre, El Impulso registró el drama de la escuela Valmore Rodríguez, ubicada en Cabudare, la cual fue “visitada” por los delincuentes durante seis días consecutivos el pasado lapso académico. Entre tanto, la escuela Las Cuibas en Agua Viva, fue desvalijada.
A la Escuela María Gervasia Crespo de Sosa apostada a orillas de la carretera vieja Barquisimeto-Yaritagua, en el caserío El Taque, ingresaron varios antisociales la madrugada del 29 de septiembre. Los ladrones cargaron con la bomba de agua que surte los tanques de la institución, una hidrolavadora y todos los ventiladores del área de Educación Inicial.
El 6 de octubre los ladrones no perdonaron a la Unidad Educativa Estadal Profesor Francisco Tamayo de Las Tinajitas. En total, 22 computadoras fueron sustraídas por los hampones, quienes abrieron un boquete. Una semana después, el 14 de octubre, este rotativo reseñó el hurto que sufrieron la Escuela Bolivariana Bararida y el Jardín de Infancia Bararida, ambos funcionan en un mismo espacio frente al Zoológico Bararida. Se llevaron útiles escolares y ventiladores. En esa misma semana y por cuarta vez también fue violentada la Unidad Educativa Estadal General José Trinidad Morán, ubicada en Santa Isabel. El 17 de octubre, se conoció que antisociales ingresaron a la Escuela Nacional Graduada Veragacha, de donde se llevaron un filtro de agua. Al menos diez veces ha sido robada esta casa de estudios. Las veces anteriores se llevaron la comida del programa de alimentación.
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