Un madrugonazo, seis horas de cola y 310 bolívares. Todo eso por leche en polvo, aceite y detergente. Desde las 3:15 a.m. estuvo Marlene Palma en las puertas de un supermercado de Naguanagua. Logró tener el número uno en su mano, pero aun así fue atendida a las 9:30 a.m., hora en la que en una tienda de cosméticos de la avenida Lara de Valencia alrededor de 200 personas se peleaban por entrar y poder comprar los artículos de higiene personal y aseo del hogar que estaban despachando. El Carabobeño/Dayrí Blanco
Gabriel Hidalgo recibió el número 246. Fue uno de los 300 privilegiados que pudo adquirir el combo que incluía tres kilos de leche, dos litros de aceite y dos bolsas de 330 gramos de detergente. En la cola nadie se quejaba del precio, pero sí de la venta condicionada. Lorena Miranda solo quería adquirir leche, pero la compra individual no era permitida.
Pese a haber sido la primera clienta, Palma aseguró que el país requiere de cambios políticos y económicos urgentes, que permitan la libre compra con la variedad de marcas con la que se contaba años atrás.
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