Detrás de la retórica castrista y madurista acerca del “bloqueo” estadounidense a Cuba, se encuentra un flujo importante de productos alimenticios, tanto de productos con marca como de commodities, de Estados Unidos a Cuba, que la empresa Consejo de Comercio y Economía US-Cuba (U.S.-Cuba Trade and Economic Council, Inc) ubica en 4.689 millones de dólares en el período comprendido entre los años 2001 al 2013.
Lo siguiente son los datos para las exportaciones de Estados Unidos a la República de Cuba en relación con la Reforma de la ley de Sanciones Comerciales y Fomento de las Exportaciones (Trade Sanctions Reform and Export Enhancement Act / TSRA) del año 2000, que re-autorizó el flujo comercial directo (pagado en efectivo) de las exportaciones de productos alimenticios (incluidos los productos alimenticios de marca) y productos agrícolas (commodities) de los Estados Unidos a la República de Cuba, independientemente de su propósito. El TSRA no incluye productos de cuidado de la salud, que siguen autorizados por la Ley para la Democracia Cubana (CDA o Ley Toricelli) de 1992.
Después de alcanzar un pico ascendente en los años 2007-2009, comienzan a descender las importaciones de alimentos de Cuba desde EE.UU. El U.S.-Cuba Trade and Economic Council identifica las razones del descenso en:
- Falta de divisas debido a las decisiones comerciales y económicas del gobierno de la República de Cuba, que disminuye su capacidad intercambiar con el extranjero.
- La generosidad financiera de los gobiernos de Venezuela y China disminuye el interés del gobierno de la República de Cuba a comprar productos de los Estados Unidos, sin importar el costo, las consideraciones de calidad, o de entrega.
- Re-emergencia y / o continuación de las relaciones de importación (trueque, créditos sustanciales, de motivación política) con los gobiernos de Brasil, Argentina, Vietnam, México, Canadá, Rusia, Irán y Francia, entre otros países.
- Los esfuerzos (que habían sido exitosos, pero desde entonces se han evaporado en su eficacia) por el gobierno de la República de Cuba para aumentar la motivación de las empresas, organizaciones con sede en los Estados Unidos; representantes de los gobiernos estatales y locales; y los miembros de Congreso de Estados Unidos para ser más visibles en sus esfuerzos de cabildeo para lograr los cambios en la política de los Estados Unidos, la ley y los reglamentos hacia la República de Cuba.
Es por ello que resulta clave continuar alimentando la leyenda del “bloqueo”, que de hecho es un acto de guerra pero absolutamente inexistente. Las reformas a las leyes sancionatorias ha permitido a la dictadura de los Castro importar alimentos directamente de Estados Unidos en cantidades importantes, tanto como pollos, cerdo y arroz, que son fuente fundamental de la libreta de racionamiento alimenticia cubana.
Las cifras de importaciones de alimentos desde EE.UU el gobierno de Cuba no las publica.
La historia de las sanciones
La historia de ellas es tan larga como lo es la historia de la dictadura familiar de los hermanos Castro en Cuba, que ya cumplió 55 años sometiendo al pueblo cubano. Destacamos algunos de los principales hitos
La administración de Dwight D. Eisenhower impuso las primeras sanciones económicas contra Cuba en 1960, oficialmente a causa del proceso de confiscaciones de empresas y activos estadounidenses que emprendió el gobierno de Fidel Castro.
En 1962, el gobierno de John F. Kennedy aplicó sanciones económicas totales contra la isla, cuando el gobierno de Fidel Castro permitió la instalación de una base de misiles de la Unión Soviética en la isla. El líder soviético Nikita Jrushchov y su gobierno decidieron asegurar la instalación de bases de misiles, con capacidad para alcanzar Estados Unidos y dispuestos para llevar cabezas nucleares. Daban así un paso más en la carrera armamentista que caracterizó el periodo de la guerra fría entre estas dos potencias.
Al constatarse la instalación de bases de misiles balísticos soviéticos en la isla de Cuba, la Organización de los Estados Americanos (OEA), impone sanciones al gobierno cubano y determina el bloqueo naval de aquella en una operación que se denominó Cuarentena y que tuvo como objetivo principal impedir la llegada por vía marítima de los elementos necesarios para proseguir el desarrollo de las bases mencionadas.
Las armadas realizaron una operación combinada en la cual participaron los destructores argentinos, Espora y Rosales, llegando el 10 de noviembre a la base naval de Chaguaramas, en la isla de Trinidad, pasando a formar parte de la flota combinada estadounidense-latinoamericana («Task Force 137», TF-137) al mando del Contraalmirante D. John A. Tyree.
En dicha flota se integrarían los destructores venezolanos ARV D-11 Nueva Esparta y ARV D-21 Zulia, las fragatas dominicanas Santana y Luperón, el destructorUSS Mullinix.
El 20 de noviembre el gobierno de EE. UU. puso fin a sus patrullajes navales alrededor de Cuba, y dos días después el primer ministro soviético Anastás Mikoyán visitó La Habana informando al régimen de Castro que la presencia militar soviética continuaría en Cuba pero sólo dotada de armas convencionales, retirando la URSS todo su armamento nuclear de la isla a pesar de las renovadas solicitudes del gobierno cubano en sentido contrario.
En 1991, tras el desmoronamiento del bloque soviético, Estados Unidos reformó el tipo de sanciones a aplicar a Cuba ya no por su alianza con la URSS, sino por las confiscaciones realizadas, el apoyo a las guerrillas latinoamericanas, la intervención cubana en África y en El Caribe, la ausencia de elecciones y la violación de los Derechos Humanos
En 1992, bajo la administración Bush padre, el Congreso de Estados Unidos adoptó la ley Torricelli, que establecía que EEUU debe “procurar una transición pacífica hacia la democracia y la reanudación del crecimiento económico de Cuba por medio de la aplicación cuidadosa de sanciones dirigidas al gobierno de Castro y apoyo al pueblo cubano”
En 1996, la administración Clinton adoptó la ley Helms-Burton. La ley establece que cualquier compañía no estadounidense que tiene tratos con Cuba puede ser sometida a represalias legales, y que los dirigentes de la compañía pueden ver prohibida su entrada en Estados Unidos. (lapatilla.com)
Lea a continuación el informe completo de Abril de 2014 del U.S.-Cuba Trade and Economic Council (en inglés)