El petróleo cayó a mínimos en cuatro años este jueves en Londres y Nueva York, por debajo de la barrera simbólica de 80 dólares, aplastado por una ola de ventas en un mercado con gran oferta de crudo y perspectivas de demanda débil a dos semanas de una reunión de la OPEP.
Los inversores están preocupados por el nivel de la demanda energética en dos grandes consumidores de petróleo: China, donde sigue creciendo pero a un ritmo más lento, y Europa, donde se vislumbra una amenaza de estancamiento.
También afectado por la fortaleza del dólar, el barril de “light sweet crude” (WTI) para entrega en diciembre bajó 2,97 USD a 74,21 USD, cerrando a su nivel más bajo desde setiembre de 2010 en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
En Londres el barril de Brent del mar del Norte para entrega en diciembre se derrumbó 2,46 USD a 77,92 USD en el Intercontinental Exchange (ICE), a su nivel más bajo desde setiembre de 2010.
“La nueva caída de los precios puede atribuirse a varias razones hoy, entre ellas el nuevo récord de producción de EEUU, que superó la cota sicológica de 9 millones de barriles por día (mbd)” la semana pasada “y la suba de las reservas en la terminal petrolera de Cushing”, explicó Andy Lipow, de Lipow Oil Associates.
– El mayor consumidor produce cada vez más –
EEUU produjo 9,063 millones de b/d la semana que terminó el 7 de noviembre, un récord desde enero de 1983 al menos, cuando el Departamento de Energía (DoE) empezó a publicar estas estadísticas según cifras de este jueves.
Monitoreadas de cerca por los corredores, las reservas del terminal petrolero de Cushing (Oklahoma, centrosur), referencia del petróleo intercambiado en Nueva York, el WTI, subieron 1,7 millones de barriles a 22,5 millones.
La producción en Estados Unidos creció en los últimos años gracias al boom de la polémica explotación de petróleo de esquisto, mediante técnicas muy criticadas por los ambientalistas.
Este crudo no convencional se extrae mediante el “fracking”, o fracturación hidráulica, una técnica criticada por los ecologistas que consiste en inyectar agua a alta presión para fracturar rocas ubicadas a profundidades de entre 1.500 y 2.400 metros.
Esto ha abierto la posibilidad de extraer petróleo para muchos otros países y es una amenaza a la posición de los productores tradicionales.
Aunque EEUU no exporta petróleo, es el principal consumidor del mundo, y esta fuerte alza de su producción repercute en el mercado mundial, ya que permite que el país reduzca sus importaciones.
Este fenómeno se produce en un contexto de gran abundancia de oferta en relación con la demanda, más bien débil.
La fotaleza del dólar, con el barril nominado en billetes verdes, contribuye a debilitar su atractivo y reduce la demanda.
Desde mediados de junio el petróleo perdió casi un tercio de su valor
– Poco probable recorte de la OPEP –
“Es bastante chocante ver cómo los mercados siguen bajando de esta forma pero claramente las noticias sobre la economía mundial no ayudan y en paralelo, el boom de producción en EEUU y un incremento de la oferta en Libia provocaron un cambio en el mercado desde junio”, explicó Lipow.
La presión a la baja se vio acentuada pues la OPEP no parece predispuesta a rebajar sus cuotas de producción. El grupo de países exportadores se reunirá en Viena a fines de noviembre.
Según los analistas de Commerzbank, los últimos comentarios el miércoles del influyente ministro saudita del Petróleo, Alí al Nuaími, apuntan a que los niveles actuales se mantengan.
“Todo lo que dijo es que quería un mercado de petróleo estable, precios sólidos y no embarcarse en una guerra de precios. Dicho de otro modo, todo está bien a ojos de Al Nuaími si los valores se mantienen en los niveles actuales”, estimaron.
Pero otros países, como Venezuela o Ecuador, abogan públicamente por recortar la producción para frenar una caída de precios que afecta sus cuentas públicas.
“Hay muchos países perdedores” con estos precios. “Pensamos en Rusia y en todos los miembros de la OPEP fuera de la Península arábiga, como Venezuela, Argelia y Nigeria. Estos países necesitan precios más altos, en torno a los 100 dólares el barril, para alimentar el crecimiento económico y evitar que el déficit se descontrole”, explicó Christopher Dembik, economista de Saxo Banque.
Como subrayó este analista, el mercado petroleo ha entrado “en un nuevo paradigma” desde el auge del petróleo de esquisto en Estados Unidos. AFP