Los limpiaventanas rescatados de un andamio colgado en el piso 69 de la torre One World Trade Center dijeron el viernes sentirse “felices de estar vivos”, tras haber pasado “pánico” el miércoles en el incidente a 240 metros de altura que tuvo en vilo a la ciudad.
Juan Lizama, un salvadoreño de 41 años, y Juan López, de 33 años y oriundo del Bronx, brindaron una conferencia de prensa para contar lo que vivieron cuando se cortó uno de los cables del andamio y quedaron suspendidos en el exterior del edificio, construido en la zona donde tuvieron lugar los atentados del 11 de septiembre de 2001.
“Estoy feliz de estar vivo, es lo más importante que tengo para decir”, afirmó López, explicando que pasó un momento “aterrador” en los primeros segundos posteriores al problema en la torre más alta de Estados Unidos, de 541,30 metros de altura.
“Definitivamente fue aterrador. Al principio, durante los primeros minutos fue pánico e instinto de superviviencia”, admitió este hombre que lleva cinco años trabajando para la empresa de limpieza de ventanas.
“Es difícil decir que estaba tranquilo, pero con todo el entrenamiento y especialmente con un colega como él fue más fácil”, agregó López, en referencia a Juan Lizama, el otro trabajador, con 24 años de experiencia.
De su lado, Lizama admitió también que se asustó cuando se soltó uno de los cables del andamio, pero que “rápidamente” tomaron “control” de la situación.
Tanto Lizama como López llamaron a sus mujeres para contarles que “algo” les había pasado.
Los rescatistas cortaron una ventana para llegar hasta los dos trabajadores.
Según las autoridades locales, que investigan las causas del incidente, los trabajadores llevaban un arnés de seguridad y no corrían peligro, ya que el viento no superaba los 11 km/h.
Ambulancias, helicópteros y un centenar de bomberos fueron desplegados y se impuso un perímetro de seguridad alrededor de la torre, cuyos primeros inquilinos se mudaron la semana pasada y donde trabajan 175 empleados de la empresa de publicaciones Conde Nast. AFP