Mateo Ortiz y Alejandra Pedrosa salieron con el mismo objetivo. Sin conocerse se encontraron en el camino de la escasez. Él había recorrido tres estaciones de servicio en busca de gas natural para su vehículo. No consiguió. Y ella ya se había paseado por cinco lugares y tampoco logró abastecer su carro de combustible. No había gasolina de 95 octanos, reseña El Carabobeño.
Ambas planificaciones de fin de semana se vieron interrumpidas por las fallas en la distribución. La mañana del sábado la mayoría de las surtidoras de Valencia, Naguanagua y San Diego amanecieron con carteles que dejaban claro su disponibilidad: “solo 91”.
En otras el panorama era distinto, pero no menos inusual. Automóviles entraban y salían sin detenerse. No había motivos para hacerlo, además de leer un aviso que alertaba que no había gasolina.
El panorama provocó la movilización de conductores hacia estaciones más lejanas con tradición de estar mejor surtidas. Como la bomba El Prado y Bohío. Ambas lucían repletas. Ahí sí había la demandada y escasa de 95 octanos. Pero no duró mucho. La oferta acabó con el inventario antes de las 10 a.m.
Fallas de distribución
Trabajadores de diferentes gasolineras indicaron que desde el jueves no les llegaba el acostumbrado despacho. Según informaron todo se debe a fallas con la distribución en el llenadero de Yagua.
En ese centro de surtido en plena variante San Diego-Guacara, durante la mañana del sábado se vio un fuerte movimiento de gandolas que salían del lugar. Mientras algunas esperaban en cola para entrar, y otras estaban en el área de llenado.
Se conoció que el problema del gas, cuyo sistema es de autoservicio, se presenta de forma repetitiva cada vez que hay una suspensión de la energía eléctrica. Las máquinas se bloquean y se debe esperar la presencia de técnicos para la reprogramación.