No hace falta darse el viajecito hasta Delfos, Grecia para que una pitonisa en su oráculo nos cuente que el año 2015 será uno de los peores en cuanto a calidad de vida de los últimos cien años. Solo basta con observar la indolencia e ineptitud con la que se manejó el mayor flujo de recursos provenientes del petróleo en toda la historia de Venezuela. Para dar una idea, los burócratas en el poder lloran porque el barril ronda los setenta dólares. Ese precio es el doble del precio más alto que manejó el gobierno de Herrera Campins entre 1979 y 1983.
En diciembre de 2013, sin necesidad de leer el tabaco o la borra del café, escribí 2014 annus horribilis. Hablaba someramente de lo malo que sería este año si el gobierno tomaba medidas racionales. No lo hizo. Y por lo tanto, el año fue mucho peor.
El año 2014 vio la escasez prolongarse a lo largo de todo el período. De hecho, en muchos rubros fundamentales como la medicina y algunos productos de primera necesidad, la situación no ha hecho otra cosa que empeorar. Es preciso acotar, que al momento de redactar este artículo, el promedio anual del petróleo venezolano está alrededor de los 92 dólares.
El poder adquisitivo de los venezolanos ha descendido de una manera brutal. Muchos de quienes disfrutaron un aumento en sus ingresos en años anteriores, se han visto nuevamente empobrecidos de una forma criminal. Y esto ha pasado porque el gobierno se niega a tomar las medidas que debe para enderezar el rumbo de un modelo que fracasó en todos los países en los que se aplicó y éste no fue la excepción.
Con la caída de los precios del petróleo quedaron al descubierto las mentiras del gobierno. Primero, que el presupuesto estaba planificado con el barril a 55. Si ese hubiese sido el caso, no habríamos visto a un errático Ramírez, devenido en ministro de relaciones exteriores decir que necesitamos el precio en 100 dólares. Esta no parece la declaración de un experto en la materia. Luce como un lego expresando sus deseos. El viaje del ministro para ver si puede salvar los precios del crudo es una clara demostración del desconocimiento de la coyuntura petrolera actual.
Segundo, era mentira que podíamos funcionar con el petróleo al precio que sea. Rodolfo Marco Torres, ministro de economía, declaró que estamos preparados para cualquier precio del petróleo. En muchas de sus intervenciones públicas este señor ha demostrado no tener ni la más mínima idea de economía. Ya con el barril a 70, Maduro reconoció que hemos perdido el 30% de nuestros ingresos. ¿Qué tiene que decir Torres al respecto?
La llorona oficialista se orienta hacia la fantasía primitiva. Culpan a los fantasmas de una conflagración mundial contra Venezuela. Primero la comiquita de una guerra económica que estos generales no han podido derrotar. Después y que Estados Unidos está empeñado en bajar los precios del petróleo para afectar a Rusia, Irán y Venezuela. Pamplinas y más pamplinas. Discurso de funcionarios que no están preparados para los cargos que desempeñan.
El año 2015 traerá miseria si el gobierno se empeña en cuidar más la ya maltrecha popularidad de Maduro que la calidad de vida de los venezolanos. Y digo miseria porque pobres ya estamos. La mayoría de los precios en Venezuela están calculados en razón del dólar paralelo. El gobierno calcula nuestros salarios con el desconocido y poco visto dólar a 6,30. Por supuesto que esto hace que la gente no le crea nada a Maduro como ya revelan las encuestas.
Las colas son clara demostración de que los productos no alcanzan para todos. Las medidas contra el contrabando no resolvieron la escasez porque el problema es que no hay suficiente producción y no se importa lo que se necesita. Todo, por el empeño del gobierno en controlar la economía a pesar de su demostrada incapacidad en la materia.
Si este año sufrió escasez prepárese para la ausencia absoluta de productos. Si este año no le alcanzó el dinero para completar el mercado, el año que viene se tendrá que someterse a un proceso de auto racionamiento para que le rindan los churupos. Si tenía pensado comprarse un carrito, vea como le estira la vida al que tiene. No se le ocurra enfermarse. Olvídese de las veleidades burguesas de irse un fin de semana a la playa.
Todo esto, porque el gobierno no ha detectado la tormenta que ya tiene encima. Se empeña en la práctica del socialismo mágico. Cree que dando declaraciones, haciendo fintas de gobernar por televisión, decretando leyes y otras necedades, podrá conjurar la debacle que se le viene encima.
Lamentablemente nos adentramos en esta tormenta sin timonel, sin brújula y sin motores que impidan a esta gran embarcación zozobrar. Nunca Venezuela estuvo en tan malas manos. La ignorancia en el ejecutivo es generalizada. Nadie entiende lo que está pasando. No podemos esperar que sepan cómo sacarnos de este infierno en el que nos metieron.