Muere adolescente al explotar la camioneta donde iba

Muere adolescente al explotar la camioneta donde iba

(foto Luisana González)
(foto Luisana González)

En carne viva quedó el cuerpo de Javier Ignacio Lossada Montaña (13) el pasado 5 de noviembre, luego de que explotara la Toyota en la que iba con su padre y su primo por la carretera vía a Carache, estado Trujillo. El adolescente murió el pasado sábado, a las 9.05 de la noche, en la Unidad de Quemados del Hospital Coromoto. laverdad.com / Luisana González

Ayer, a las 11.30 de la mañana, un grupo de personas vestidas de luto y con maletas en mano, llegó a la morgue de LUZ. Se posaron en el frente, callados y con la mirada perdida. La tristeza se les notaba de lejos.

La familia esperaba a que los forenses les entregaran el cuerpo del muchacho que agonizó durante ocho días con el 78 por ciento de su cuerpo en carne viva y con quemaduras de tercer grado.

Yanuacelis Rodríguez, madrastra de Javier, contó que eran las 6.30 de la tarde cuando se detuvo la camioneta de una sola cabina, que manejaba su esposo, Javier Lossada, en plena carretera. El hombre se bajó a revisar qué había ocurrido y dejó a su hijo con su primo Adrián Lossada (16) dentro del vehículo.

Dos personas se acercaron a auxiliar al señor. No sabían qué le ocurría a la camioneta. Como último recurso le echaron gasolina e intentaron prenderla, pero en ese momento la unidad explotó y comenzó a incendiarse. Javier se quemó las manos. Como pudo se salió del carro y se fue por la puerta del copiloto para sacar a los niños. La puerta no abría, se trancó.

Se devolvió del lado del piloto y con ayuda de las personas que lo auxiliaban sacaron a su hijo Javier que iba en el medio y después sacaron a su sobrino. Los tres adultos como pudieron cargaron a los menores y los subieron a un automóvil.

Delicados

A los tres heridos los trasladaban a un centro asistencial, cuando en el camino se toparon con una ambulancia y la detuvieron. En plena vía se hizo el trasbordo y la unidad los terminó de llevar hasta la emergencia del Hospital José Gregorio Hernández, donde les prestaron los primeros auxilios.

Al señor Javier le vendaron las manos y le dieron el alta unas horas después de haber ingresado al hospital. Las quemaduras de los pequeños eran graves. Los médicos lograron estabilizarlos y los remitieron al Hospital Pedro Emilio Camejo de Valera. Allí los atendieron y con el pasar de los días Adrián mostró mejoría. Aún sigue allá hospitalizado, pero su primo Javier, quien estudiaba segundo año de bachillerato se estaba complicando. Su estado de salud era crítico y los médicos decidieron enviarlo hasta la Unidad Especial para Quemados de Maracaibo.

Javier llegó al Hospital Coromoto consciente, según contó su madrasta, pero luego la luz de sus ojos poco a poco se fue apagando. Los doctores lo sedaron en tres oportunidades para realizarle las curas, pues consiente no aguantaría el dolor. Una de sus piernas estuvo a punto de ser amputada porque ya no tenía circulación. El sábado pasado el joven no resistió más, sus riñones se paralizaron y falleció. Hasta lo último el también cantante luchó. Sus restos fueron trasladados ayer en la tarde a Trujillo para ser enterrados allá.

Un cantante va al cielo

Javier Ignacio era fanático de la música, le encantaba cantar; de hecho, lo hacía en el coro de la iglesia católica a la cual asistía. El muchacho estaba lleno de virtudes, sus parientes lo describieron como un jovencito alegre, amable, buen amigo, hijo y hermano. “Mi sobrino tenía muchos sueños, cantaba hermoso, tenía una garganta prodigiosa. Era un ángel”, expresó su tía Maritza Rodríguez.

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