Es tal la crisis que en todos los órdenes se registra en el país, que muchos han optado por irse y no pocos afirman que en cuanto puedan, lo harán. “No importa si me voy ilegal, si tengo que lavar baños, limpiar carros, con tal de estar tranquilo “, me dijo recientemente un amigo. La inseguridad, el susto que experimentamos cada vez que salimos de casa, cuando andamos a pie o en el carro, la escasez de productos de la cesta básica, de medicamentos provoca esta reacción. Sin embargo, también observamos con beneplácito gente que no se rinde, que continúa adelante sin desmayar no solo para impulsar y lograr materializar sus metas personales, sino también contribuir con el progreso del país.
Gente que en todo todas partes sigue trabajando, llevando adelante emprendimientos exitosos que muestran no solo el ingenio, el coraje para superar dificultades, sino también generan empleo, demostrando que el venezolano es trabajador, responsable. En todo el país y más en esta época navideña, hay quienes se dedican a hacer suculentas hallacas, postres, adornos, que les permite conseguir el sustento. De igual forma, son muchos los personajes anónimos que además de trabajar, destinan parte de su tiempo a labor social, se agrupan en movimientos, organizaciones políticas, para generar alternativas que impulsen el cambio que millones de venezolanos anhelan, que saben que las soluciones no vendrán del cielo, sino que hay que construirlas, trabajarlas, para lograr que se materialicen.
En muchas oportunidades he dicho que hay que pasar de la resignación a la acción, puedo afirmar que es así, en los recorridos que permanentemente hago por el interior del país más y más venezolanos están en esa dirección, no solo en el plano político y social, sino también en esos emprendimientos e iniciativas que mencioné. La respuesta ante la escasez de productos, medicamentos se ha traducido en solidaridad, millones de personas a través de las redes sociales se apoyan para ayudarse los unos a los otros, no hay ese egoísmo, ni indiferencia que muchos señalan, todo lo contrario, hay voluntad inquebrantable para salir adelante. Esas demostraciones que se observan cada día hablan de gente que mantiene la fe y la esperanza. Un país no se acaba por un mal gobierno, sobran los ejemplos de naciones que han sido devastadas por guerras o fenómenos naturales que logran resurgir, consolidarse, gracias al trabajo, el amor y el compromiso de su gente. En Venezuela sobran las razones para seguir adelante, para unirnos en un solo objetivo, un país donde impere la justicia, de oportunidades para todos, claro que es posible sumando voluntades.
Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv