La excandidata a la Presidencia de Colombia Ingrid Betancourt, quien estuvo secuestrada por las Farc durante seis años, cree que la orden de hacer cautivo al general Rubén Darío Alzate no fue dada por la cúpula de esa guerrilla sino por integrantes del grupo armado que actúan en solitario. EFE
En distintas entrevistas telefónicas a medios colombianos desde Londres, donde vive, Betancourt auguró que el secuestro de Alzate “no fue premeditado” y que “ha tomado por sorpresa a la cúpula” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), que en su mayoría está en La Habana, donde se celebra un proceso de paz con el Gobierno.
“Es muy probable que el secuestro de Alzate haya sido decisión de un responsable guerrillero sin tener en cuenta a los altos mandos de las Farc”, apuntó Betancourt, que estuvo secuestrada entre 2002 y 2008 en las selvas del sur de Colombia.
Apoyada en la experiencia de su largo secuestro, dijo ser “consciente de la distancia entre los comandantes y los frentes en las regiones”, lo que se traduce en una comunicación difícil dentro de las Farc.
Una prudente Betancourt, quien vive fuera de Colombia desde que fue rescatada por el Ejército en 2008 durante la espectacular “Operación Jaque”, pidió tener confianza en la guerrilla porque, a su juicio, “va a saber sopesar la situación y tomar una decisión política” que permita continuar con los diálogos de paz, suspendidos por el presidente Juan Manuel Santos tras el secuestro de Alzate.
Alzate fue secuestrado el domingo pasado en una zona remota del conflictivo departamento del Chocó (noroeste) cuando iba vestido de civil y sin escoltas, circunstancia que está siendo investigada por las autoridades y que ha despertado dudas y críticas al considerarlo una actitud irresponsable.
Sobre este asunto, Betancourt destacó que el general es ante todo una víctima, y pidió “en aras a la justicia” esperar a que vuelva Alzate y explique lo ocurrido.
“Es un general muy respetado, responsable, que adelanta acciones comunitarias de protección de la población civil, por eso me parece muy injusto imponerle la carga de la prueba”, aseguró.
Los diálogos de La Habana cumplen mañana, miércoles, dos años en medio de su mayor crisis, cuando en este tiempo se ha avanzado más que en cualquier otro proceso de paz vivido durante los 50 años de conflicto armado en Colombia.