Varios miles de profesores se manifestaron hoy en Santiago en demanda de mejoras salariales y laborales, pese a un acuerdo alcanzado el jueves por el Colegio de Profesores y el Gobierno respecto de cinco puntos planteados por el magisterio en la llamada “agenda corta” de reivindicaciones.
Unas 25.000 personas según los organizadores y 5.000 según la policía marcharon a lo largo de la Alameda Bernardo O’Higgins, la principal avenida de Santiago, para exigir que los puntos acordados con el Gobierno sean sometidos “uno a uno” a la opinión de las bases sindicales.
La manifestación hizo patente un quiebre en el Colegio de Profesores, al corear los participantes consignas y gritos de rechazo a Jaime Gajardo, el histórico presidente del Gremio, calificado de “vendido” o “traidor”, entre otros epítetos.
Las mismas expresiones alcanzaron a Bárbara Figueroa, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), maestra de profesión y comunista como Gajardo, a quien ha defendido, además de criticar a los convocantes de la marcha de este viernes.
Se trata de sectores de docentes que rechazan los acuerdos con el gobierno y que han mantenido huelgas en numerosas ciudades de Chile después que el colegio llamó a terminar las movilizaciones.
Los docentes piden la titularidad permanente de los cargos para los profesores que son contratados sólo durante el año lectivo y despedidos durante los meses de verano y que suman unos 35.000.
Esto se lograría con la declaración de los meses de enero y febrero como feriados legales para los maestros, que podrían seguir recibiendo sus sueldos durante ese período.
También demandan un ajuste salarial mayor a la inflación anual para “descongelar” el sueldo mínimo docente, que se mantiene desde hace varios años en 367.350 pesos mensuales (unos 620 dólares) para los contratos de 30 horas semanales de clases.
Asimismo, demandan desligar a los profesores de tareas administrativas en los colegios, que afectan el desempeño profesional estrictamente docente de los maestros.
Otro punto es el monto de un bono de incentivo al retiro, a fin de incentivar la jubilación de los maestros mayores, que siguen trabajando debido al bajo monto de las pensiones que reciben los jubilados en el sistema privado.
Los profesores demandan un bono mínimo de 23.880.000 pesos (unos 40.450 dólares), mientras el Gobierno ha ofrecido 20 millones de pesos (unos 33.800 dólares).
Por último, demandan una solución a una “deuda histórica” del Estado con los profesores, gestada en 1981 cuando la dictadura de Augusto Pinochet traspasó la administración de los colegios desde el Ministerio de Educación a los municipios.
La medida redujo drásticamente los sueldos de los profesores, lo que sumado a la creación del sistema privado de pensiones y las bajas pensiones que genera configuraron un panorama laboral patético para los maestros.
Jaime Garado, el presidente del Colegio, desdramatizó hoy las voces disidentes en el gremio y afirmó que “hay unidad”, aunque admitió que la misma “estuvo en peligro” en algún momento.
“Hay unidad dentro del Colegio, en un momento dado estuvo en peligro, pero se ha retomado”, afirmó en declaraciones a radio Cooperativa, en las que subrayó que las negociaciones con el Gobierno se han enmarcado “en la institucionalidad” del gremio. “Somos un organismo democrático en que los temas de interés se resuelven democráticamente”, sostuvo. EFE