El boom del petróleo de esquisto, que ha cambiado los equilibrios del mercado mundial de crudo, se ve amenazado por la actual caída de los precios del oro negro, que frena el entusiasmo de las empresas petroleras para explotarlo, según algunos analistas.
Prune PERROMAT, Juliette MICHEL/AFP
“Si los precios cayeran hasta los 65 dólares el barril y se mantuvieran ahí durante un determinado tiempo, esto afectaría a la inversión de Estados Unidos en la búsqueda de nuevas fuentes de producción de petróleo”, predijo Chris Lafakis, de Moody’s Analytics.
Sin embargo, inyectar aún más dinero a nuevos proyectos es una necesidad para que la producción estadounidense continúe creciendo, como lo hace desde el inicio de la revolución del esquisto en 2008.
Esto se debe a que los pozos de este tipo de petróleo se agotan mucho más rápido que los de petróleo convencional y requieren una carrera perpetua para que los volúmenes de extracción no solo se mantengan sino también aumenten.
El sector de la energía no pesa más que 10% de la capitalización del índice SP500 en Wall Street pero representa 30% de sus gastos de inversión.
La extracción de crudo de esquisto bituminoso es muy polémica: los ambientalistas denuncian consecuencias serias sobre el medio ambiente de la técnica de “fracking” utilizada, que rompe la roca y requiere cantidades gigantescas de agua.
– 40.000 millones menos –
Un declive duradero, del orden del 30%, de los precios del crudo podría provocar, según Barclays, una caída de 40.000 millones de dólares de inversión en el sector, que atrae actualmente casi 200.000 millones por año.
Por ejemplo, en la empresa Continental Resources, el descenso del precio se traducirá en un tijeretazo en sus gastos de inversión de 11,5% en 2015. La construcción de pozos adicionales se suspendió.
En Wall Street, el precio de las acciones de los productores de petróleo se resintió desde el verano boreal.
Según los analistas de Barclays, “los beneficios de las pequeñas y medianas empresas de prospección y de producción se verían reducidos 17% en 2015, con un barril hasta los 80 dólares, y de 25% si llegara a los 70 dólares”.
Sin embargo, el presidente de la mayor empresa estadounidense en frenar sus proyectos futuros, ConocoPhillips, se muestra tranquilo.
“Sabemos que se trata de una actividad cíclica. Como precaución, tenemos que hacer ajustes sin dejar de vigilar la evolución de la situación”, Ryan Lance.
En 2015, el desarrollo de la oferta de Estados Unidos, que se convirtió este año en el mayor productor mundial de hidrocarburos líquidos (crudo y gas natural licuado) no debería sufrir.
Continental Resource prevé incluso un desarrollo de su producción petrolera en 2015 hasta alzarse 29% más que actualmente.
“Si tuviéramos que ver una desaceleración del crecimiento de la producción, y no un retroceso, no sería antes de 2016”, estima Lysle Brinker, de la consultora estadounidense IHS.
– Saber encajar los golpes –
Conscientes de las alzas y las bajas inherentes al mercado petrolero, gran número de compañías hacen hincapié en su necesidad de encajar los golpes futuros.
“Nos estamos preparando financieramente para 2015”, argumenta John Richels, presidente de Devon Energy. “Ya hemos vendido 50% de la producción a un precio mínimo de 91 dólares el barril”.
Por otra parte, los costes de explotación no aumentaron tanto como antes, a medida que los conocimientos sobre el esquisto avanzan.
La extracción del petróleo no convencional está optimizada, tal y como con la perforación de numerosos pozos sobre una misma fuente de esquisto.
Las empresas concentran también sus esfuerzos sobre las zonas de perforación más rentables, “particularmente en la formación de Bakken, en Dakota del Norte (norte) y en Eagle Ford en Texas (sur), donde los costes giran alrededor de 50 a 65 dólares el barril”, indica Lafakis.
Otras grandes regiones de esquisto en Estados Unidos, como la cuenca texana Permian, donde los costes de extracción son “de 80 a 90 dólares, se han hecho menos atractivos” con la caída de los precios, añadió.
Para algunos proyectos, es necesario incluso un barril a al menos 110 dólares para cubrir los gastos.
“De media, cuesta de 3 a 4 veces más caro perforar petróleo de esquisto (en Estados Unidos) que producir crudo en Medio Oriente”, recuerda James Williams, de WTRG Economics.
Según los analistas, es aquí que se encuentra la vulnerabilidad de Estados Unidos como gran productor de petróleo. Arabia Saudia y otros esperan recuperar parte del mercado dejando que los precios se hundan.
Estados Unidos tiene ingentes reservas de petróleo, ya que produce cada vez más pero no exporta.