La arqueóloga griega Katerina Peristeri cavó en la oscuridad durante años antes de desenterrar una tumba de mármol de la época de Alejandro Magno, un hallazgo que le dio fama instantánea, reseña Reuters.
En un país con uno de los patrimonios culturales más ricos del mundo, los arqueólogos raramente reciben mucha atención pública. Sin embargo, Peristeri se ha convertido en el rostro de la cripta de Anfípolis, un sepulcro de 2.300 años debajo de las arenosas colinas del norte de Grecia.
“Soy solo una arqueóloga, haciendo mi trabajo”, dijo durante una de las ceremonias de los premios que recibió en los últimos meses.
La tumba podría ser el lugar de entierro de la esposa de Alejandro, Roxana, su madre Olimpia, o uno de sus generales, según las diferentes teorías. Pero la especulación no es lo único que alimenta la popularidad de Peristeri.
Tras seis años de crisis económica y política y un humillante rescate financiero internacional, los griegos están ansiosos por héroes y el Gobierno del primer ministro Antonis Samaras quiere algunas buenas noticias.
“Revive la esperanza de los griegos de que pese a sus grandes problemas por sobrevivir hay un ‘santo grial’ que los reconectará con un período de gloria y poder”, dijo Christos Kechagias, un sociólogo que enseña en la Universidad de Atenas. “En tiempos de crisis, la gente tienen la posibilidad de redefinir su identidad”, agregó.
El popular programa de televisión “Anatropi”, normalmente de carácter político, dedicó en dos ocasiones sus dos horas completas a la excavación.
En su portada, el tabloide Espresso insinuó que la identidad del misterioso residente de la tumba podría adivinarse con métodos tomados de las novelas de Dan Brown. La respuesta, dijo, yace en una pintura del renacentista Giovanni Antonio Bazzi que muestra la boda de Alejandro.
Los canales griegos destinan horas a los descubrimientos en la tumba: un mosaico de colores con el secuestro de Perséfone, dos estatuas con formas femeninas conocidas como cariátides y restos óseos en una sepultura de piedra caliza que son analizados para su identificación.
Pero algunos dicen que la excavación no cambiará la suerte de un país donde una de cada cuatro personas está desempleada y el ingreso del hogar cayó a un tercio desde que comenzó la crisis.
“La verdad es que a todos nos gustaría que esto fuera algo grande”, dijo Garifallia Dedes, una psicóloga de 40 años. “Pero, en última instancia, no es más que un descubrimiento importante que alegra nuestros días grises”, agregó.
En Anfípolis, hay esperanza de que el descubrimiento ayude a la región a prosperar. El museo que antes atraía a unos cinco visitantes por fin de semana ahora recibe hasta 2.000, dijo Anna Panagiotarea, portavoz de las excavaciones.
Los autobuses repletos de turistas y grupos escolares llegan al lugar pese a que no está abierto al público.
El público del canal TV 100 de Tesalónica salta de un 3 por ciento a un 24 por ciento cuando se emite un boletín de media hora sobre Anfípolis, añadió.
Peristeri está feliz de que la tumba “le recuerde al mundo la contribución cultural de Grecia”, pero minimiza el alboroto.
“La excavación no cambió mi vida. Esto es trabajo científico que he estado haciendo por 35 años”, dijo mediante una portavoz tras declinar ser entrevistada antes de una rueda de prensa.