La decadencia del capital político rojo se centra en la particularidad de Maduro, no transmite el mismo grado de respeto que generaba el Comandante en sus seguidores, seguramente el elector chavista fue solidario de manera automática con la solicitud que hizo en su momento el fallecido mandatario a su base para que le dieran su respaldo a Nicolás, sin embargo, ese sentimiento de compromiso pareciera que se desconecta cada día y quedo develado el pasado domingo en la elecciones internas del PSUV. En medio de toda una complejidad económica, política y social, Maduro sigue con un nivel de sordidez que solo complica la dinámica de un país que desea reflotarse y salir de su aguda crisis. Hasta ahora el primer mandatario ha demostrado no tener madera de líder político, solo se proclama “el hijo de Chávez” para mantener “secuestrado” un capital político.
En nuestra última investigación que tiene fecha de campo de 5 al 20 de Noviembre 201, se observa la acelerada pérdida del capital político por el que atraviesa el proyecto revolucionario, es decir, la incapacidad del gobernante en gestión pública se articula como el principal responsable de la crisis económica, social y política.
El Chavismo está pasando por momentos duros y se jugara su hegemonía en las próximas elecciones parlamentarias 2015. Ni para Maduro ni para nadie es un secreto que un fracaso en esos comicios que se perciben nacional e internacionalmente como un desafió hasta de naturaleza plebiscitarias… no obstante, hay que enfatizar Nicolás y su gobierno han capeado la tormenta político y social, en medio de una situación económica desastrosa, con una inflación sin precedentes.
Evidentemente, son varios los factores que potencian la decadencia del capital político rojo y su maquinaria, incluso el origen de la legitimidad más el descontento generado por las medidas económicas se le están sumando las acusaciones de que buena parte del chavismo se desconecta del proyecto revolucionario, percepción que ahora es compartida por la mayoría de los venezolanos.
En los recientes resultados de nuestros estudios de opinión pública, las personas encuestadas exteriorizan que el deterioro económico y social como los mayores problemas que más le afectan, un 85% considera de grave, y solo un 12% asegura que no lo es. También, se refleja la creciente desesperanza sobre la situación general del país.
No ha sido fácil para Maduro tomar cualquier tipo de medidas por el crecimiento cuantitativo de la oposición, hace algo más de un año fue electo presidente con apenas el 51% de los sufragios, mientras los opositores se negaron a reconocer los resultados de esos comicios nacionales tras denunciar “irregularidades”, y desde el mes de Febrero de este año Maduro ha tenido que hacer frente a diversas protestas que han dejado un saldo 42 muertos y más de 1600 heridos.
En conclusión, Maduro ha logrado perder un significativo capital político que el chavismo tenía acumulado en años, pero cuando emerge con todas sus complejidades la crisis económica, política y social, ante las cuales se muestra incapaz de dar efectivas respuestas y al tratar de enfrentar los cuestionamientos a su legitimidad con represión y con amenazas, su propia gente cae en la duda y en su propia reflexión final. Fueron 15 años con una polarización extrema, donde el chavista no migraba de preferencia tan fácilmente, ahora hasta algunos piensan seriamente en un cambio de presidente ya.
Que el régimen haya frenado por el momento las complejidades de enfrentamientos sociales, no implica que haya resuelto la crisis estructural económica que debe gerenciar, así como de la debilidad estratégica en el marco de la decadencia del chavismo y de su “aceitada maquinaria” roja que no pudo mover un 6% de su electorado el pasado domingo, es decir: “TODO TIENE SU FINAL”…
Director de la consultora Hercon
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