Cuando escuchamos a Diosdado afirmar que lo más importante del proceso interno del PSUV es que se eligieron 3.988 jefes de Círculos, y a Maduro interpretar los resultados de ese proceso como un “preludio” de lo que ocurrirá en las venideras elecciones parlamentarias, no nos queda otra que preguntarnos ¿Y de qué nos habrán visto la cara a los venezolanos esta gente del régimen?
Para ser sinceros, no nos extraña esta nueva pose de los más visibles líderes de esa especie en proceso de extinción que llaman chavismo; pero no deja de sorprendernos la forma tan descarada como se presentan ante los medios de comunicación y la cara tan lavada como, por ejemplo, además de hacerle creer al público que no es tan importante el hecho numérico de la participación de votantes como sus resultados: imagínense, se eligieron 3.988 delegados, anunció Diosdado. Y con la misma cara, este señor, primer responsable de que la Asamblea Nacional se haya convertido en el elefante rojo, como lo hemos bautizado, cuya principal misión hoy día es tratar de distraer a la opinión pública sobre la impunidad con la que actúan funcionarios del régimen en materia de corrupción, sea quien anuncie la supuesta arremetida del régimen contra los corruptos, asumiendo las presuntas banderas de la honestidad administrativa de ese supuesto gobierno. ¿Qué cara de tabla, no?
Pero para Nicolás Maduro quedó la segunda parte de la comedia: Los resultados de las recientes elecciones del PSUV son, según afirmó: “el preludio de grandes victorias en el 2015”, poniendo el énfasis en las venideras elecciones parlamentarias.
¿De verdad se creerán estos “líderes” sus propias barrabasadas? ¿Creerán que los venezolanos se tragarán estas “muelas”, como todas a las que tratan de acostumbrarnos? ¿O es que tampoco han interpretado el mensaje de los propios seguidores del chavismo, expresado en sus elecciones del pasado domingo?
De verdad no creemos que se encuentren tan desubicados, pensamos que la capacidad de engaño de esta gente es tan inagotable, que se han constituido en una verdadera fábrica de falsedades; lo único en lo que el régimen haya puesto la mano, que les resulte productivo en un país, como el nuestro, donde ya ni siquiera se cosechen los ingredientes de su tradicional “pabellón criollo”
Pero la verdadera realidad, la que puede palpar el más desprevenido de los venezolanos, es que pese al bombardeo propagandístico al que se encuentra sometida en la actualidad la población, hasta los propios chavistas están conscientes de lo que está pasando: que la fulana “guerra económica”, que les niega el acceso a los alimentos básicos, a la medicina y a todos esos bienes y servicios que requiere la gente de un país para atender sus propias necesidades, es responsabilidad exclusiva del mal gobierno que padecemos.
No hay divisas, no hay electricidad en muchas zonas del país, está escaseando la gasolina, no funcionan los hospitales, no existen las posibilidades ni las libertades para desplazarnos a los lugares del país y del mundo que nos plazcan, y las respuestas de los voceros del régimen parecieran dirigidas a una masa amorfa de personas que, según creen Maduro y Diosdado, se tragan todo sin chistar; porque, acaso es muy difícil entender que la verdadera “guerra económica”, es la que le tienen montada a la población esta indolente gente.
Pero bien pelados están, porque el tal “preludio” del heredero de Miraflores es lo que revela la propia encuesta interna del PSUV: para el buen entendedor, la lectura objetiva que cualquiera daría en estos momentos a los resultados de la convocatoria psuvista a las recientes elecciones son un reflejo de lo que le espera al régimen en el venidero proceso para elegir nuestros representantes ante la hoy arrodillada e inservible Asamblea Nacional.
¡ Toma tu preludio ! es lo que le vamos a decir a Maduro en las venideras elecciones parlamentarias; pero para ello debemos vencer todos los obstáculos que nos impone el régimen y que ingenuamente nos imponemos nosotros mismos, algunas veces con actitudes equivocadas, como militantes de la oposición. Las cartas están echadas, estamos ante la histórica posibilidad de darle la patada definitiva a esta gente, y aplicarles con sus propias palabras la consigna: No volverán”
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