El lente de Lionel Arteaga retrata fragmentos del sacrificio ciudadano diario para conseguir, en este caso, unos electrodomésticos a un precio accesible, luego de un año de vicisitudes y en el que el poder adquisitivo colinda con la necesidades.
“Guardias, pernoctas, una buena dosis de paciencia y ánimo para mantenerse. Así se resumen las peripecias de los guayacitanos para hacerse con un electrodoméstico de un programa social, situación que aceptan y hacen costumbre dada la escasez y altos costos del rubro en comercios privados”. Así arrancaba la reseña que escribió la periodista Diogelis Pocaterra, para la edición de este viernes de Correo del Caroní, titulada “Vale la pena dormir aquí para comprar a esos precios”. La misma daba cuenta de un operativo de venta en el Centro Comercial Traki, en Alta Vista-Puerto Ordaz, de los productos comercializados por el programa social de Mi Casa Bien Equipada. Un operativo que resultó en fracaso cuando se intentó realizar la semana pasada en la sede de Mercal, ubicada en la UD 321, publica Correo del Caroní.
“Con una almohada, chaqueta y cobija bajo el brazo aguardaba Jairo Sulbarán en la cola. El rostro delataba el agotamiento: tenía tres días durmiendo en los alrededores de Traki, para no perder su puesto de la fila para obtener un electrodoméstico”, se describe en la crónica referida.
En medio del tumulto, de la necesidad, del agobio, el fotógrafo Lionel Arteaga construyó una visual del momento que ahora en Correo del Caroní queremos compartir con nuestros lectores. Retratos de un pueblo sufrido, con pocas opciones, mancillado en su buena fe y, sin embargo, con vigor y hasta una importante dosis de humor para enfrentar una realidad que dista mucho de la “Venezuela Potencia”.
