El auge de asaltos y otras acciones delictivas que vienen sufriendo los microempresarios de la entidad, representa un impacto severo en el sector comercial. Hermilis Guerrero/ Nueva Prensa Guayana
Tanto guayaneses que laboran dentro de los centros comerciales de la zona como los mismos consumidores, se encuentran alarmados ante la situación de inseguridad que golpea diariamente la vida del venezolano.
Algunos establecimientos comerciales ubicados en el Mini Centro Comercial Las Pulgas de Alta Vista y en el Trébol II; han sido objetos de hurto y actos de vandalismo en el 2014.
El incremento desbordado de los robos en época decembrina no es secreto para nadie, sin embargo los centros comerciales de la zona no han tomado acciones para prevenir hechos delictivos.
Tal parece, que los ingresos que obtienen los propietarios de centros comerciales de Ciudad Guayana, no alcanzan para cubrir gastos de mantenimiento y seguridad.
A pesar del cobro de los alquileres y pagos “especiales”, los cuales vale la pena mencionar no se encuentran registrados en los documentos que presenta la administración del inmueble ante el Gobierno; los arrendatarios están desprotegidos.
Aunque el panorama económico del país no es nada alentador, pequeños comerciantes se las ingenian para mantener sus almacenes llenos y aprovechar la temporada fuerte del año, no obstante la situación de inseguridad no contribuye al progreso de muchos.
Desde baterías de carros, reproductores de música, celulares, carteras y hasta mercancía de las tiendas; vienen siendo robadas con mayor regularidad en los inmuebles comerciales.
Uno de tantos
El pasado sábado 6 de diciembre, delincuentes ingresaron a las instalaciones del Centro Comercial Trébol II, como “Pedro por su casa” y hurtaron más de 800 mil bolívares de mercancía. Un aproximado de 400 piezas de ropa, fueron robadas a una tienda encargada de comercializar prendas para caballeros y niños.
Carencia de personal y falta cámaras de seguridad en la edificación, contribuyen al robo. Se conoció que un sólo vigilante se encontraba a cargo de todo un centro comercial que tiene un promedio de 100 tiendas.
Locatarios afectados, exigieron mayor seriedad y compromiso por parte de la administración y encargados del inmueble, quienes deben velar por la seguridad de los negocios.