Están consiguiendo que le tomemos miedo a eso de publicar en internet. Nunca fue tan fácil, y parece que alguien querría que volviese a ser difícil. Que la crítica con su acidez, socarronería y sarcasmo venga de plumas más o menos controladas.
Escribes. Llega el aviso de un nuevo comentario a la crítica que publicaste en el blog: «Con la de problemas importantes que hay en el mundo y tú perdiendo el tiempo con esa tontería». ¿Por qué viene un desconocido a decirte que te calles?Sin dejar ningún argumento, cosa que debería ser muy fácil ante tu presunta tontería. Pero no, hablan de ti. De tu uso arbitrario, gratuito, injustificado, fútil y vano del teclado.
Las alusiones a «los problemas importantes del mundo» tiene sus variantes:algún «no era necesario» del utilitarista, un par de «quejarse no es positivo» por parte de coachers y discípulos de Coelho, o el rotundo «macho, no te aguantas ni tú» del cuñao.
¿A qué se debe tanto interés por el silencio? Es igual. En cualquier caso se trata de un indicativo positivo. Que en internet cualquiera puede (y debe) publicar es algo que ya teníamos, pero solo cuatro geeks le daban importancia. Había rivalidad y envidias en la blogocosa, pero nadie pedía silencio. Ahora sí. Publicar en internet ya no es extravagante ni pintoresco.
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