Los precios de los bonos soberanos de Venezuela se han desplomado y el costo de asegurar la deuda contra una cesación de pagos se ha disparado, luego de que una caída de los precios del crudo a mínimos de cinco años recortó el flujo de efectivo al país empeorando la situación para una ya débil economía venezolana.
Daniel Bases/Reuters
Hay agentes del mercado financiero que se preparan para un incumplimiento de pagos o default, pero algunos analistas, inversores y economistas dicen que el Gobierno tiene opciones para aplazar ese desenlace.
El presidente Nicolás Maduro insiste que Venezuela realizará todos los pagos y que en los 15 años de Gobierno socialista nunca se incumplieron los compromisos internacionales.
Analistas apuntan a que la carga de deuda de Venezuela no es muy pesada, pero que en cambio está demasiado apalancada en sus importaciones, y que el problema real es el desplome del valor de la moneda, el bolívar, pues las empresas carecen de los dólares que necesitan debido a estrictos controles de cambios.
“Esto sería un default en el que destruyeron la producción privada y crearon una dependencia de las importaciones. Han creado enormes obligaciones estructurales en dólares aparte de la deuda”, dijo Siobhan Morden, responsable de estrategia latinoamericana de Jefferies en Nueva York.
El petróleo aporta un 96 por ciento de los ingresos por exportaciones de Venezuela, en dólares.
En el mercado negro, un dólar se compra en unos 175 bolívares, de acuerdo con www.dolartoday.com, un sitio web ampliamente utilizado. Eso es 27 veces más que el tipo de cambio más fuerte de tres cotizaciones oficiales distintas, que es de 6,3 por dólar.
Venezuela respalda sus bonos por miles de millones de dólares con petróleo, que usa para equilibrar sus cuentas y pagar unos programas sociales que han sacado de la pobreza a millones.
El modelo económico se ha deteriorado ahora que los precios del crudo se han derrumbado un 40 por ciento desde junio a un mínimo en cinco años. Los futuros del crudo en Estados Unidos perdían 1,07 dólares, a 62,75 dólares por barril el miércoles.
El bono referencial de Venezuela, con vencimiento en 2027, disminuía 1,96 dólares a 46,686 dólares, llevando su rendimiento a un nuevo récord de 21,713 por ciento.
La diferencia entre los rendimientos de la deuda venezolana con los títulos comparables del Tesoro de Estados Unidos en el índice EMBI+ de JPMorgan alcanzaba a 2.349 puntos básicos.
SIN DEFAULT AÚN
Los inversionistas siguen muy cautos sobre Venezuela, dada la elevada inflación, el deterioro cambiario, la escasez y las acusaciones de Maduro de una campaña internacional en su contra.
Un análisis de Moody’s indica un fuerte incremento de la tasa de frecuencia prevista de default soberano de Venezuela a un año, a un 13,07 por ciento, un máximo de cinco años.
Un inversor que desee asegurar una operación de 10 millones de dólares por cinco años tendría que gastar 5,7 millones de dólares como costo de entrada.
Adicionalmente, tendría que pagar 500.000 dólares por año por la duración del contrato de “credit default swap” (CDS), como se conocen a los seguros de incumplimiento de crédito, según el proveedor de datos Markit.
“Estamos previendo un ajuste significativo del tipo de cambio este año y de nuevo el próximo año”, dijo Alberto Ades, copresidente de análisis de economía global de Bank of America Merrill Lynch y responsable de estrategia de renta fija.
Ades dijo que el colapso del crudo forzará al Gobierno a implementar ajustes económicos y eliminar distorsiones.
Para un Gobierno reticente a incumplir pagos, esos movimientos terminarían impulsando las tasas de crecimiento en relación con su actual desempeño.
BAML prevé que la economía venezolana crezca un 1,2 por ciento en 2015 después de contraerse un 3,3 por ciento este año.
La oposición dijo el martes que la economía se contrajo un 4,2 por ciento en los primeros nueve meses de 2014.
Para fines de este año, BAML prevé que el bolívar se devalue a 13 unidades por dólar. La expectativa es que haya otra devaluación a 30 bolívares para fines de 2015 y luego a 66 bolívares para 2016, acercándolo a la tasa del mercado negro.
En el corto plazo, ello aliviaría algo de la presión y la especulación de que el Gobierno se prepara para un default.
De todos modos, los inversores están mirando escenarios de incumplimiento.
Más detalles surgieron en una discusión a puertas cerradas, reportada originalmente la semana pasada por IFR, de un panel patrocinado por especialistas en reestructuración soberana del bufete legal Cleary Gottlieb Steen & Hamilton.
Un analista dijo que los abogados de Cleary pensaban que Venezuela sólo tendría una “ligera modificación del perfil” de su deuda, pero que si los inversores fueran detrás de sus activos tendrían dificultades para cobrarlos.
“¿Qué pasa si se incumplen los (bonos) soberanos pero no los de (la petrolera estatal) PDVSA? Es difícil ir detrás de PDVSA”, dijo el analista, que habló bajo condición de anonimato.
“Lo mismo vale para (la unidad de refinación en Estados Unidos) Citgo. Todo el mundo cree que simplemente se puede ir a por esos activos y Cleary estaba diciendo que no, que será más difícil que eso”, agregó.
Un inversor en deuda de mercados emergentes, que se abstuvo de que se mencionara su nombre y presenció el encuentro, dijo que su compañía no se prepara para un default pronto.
“Se pueden hacer muchas cosas antes de un default. Se puede devaluar. Eso es lo más fácil. Se pueden vender activos, reducir subsidios”, añadió.
(Reporte adicional de Alexandra Ulmer y Corina Pons en Caracas)