Los asteroides, y no los cometas como apuntan algunas teorías, podrían ser la reserva original del agua de la Tierra, según un estudio realizado con datos de la sonda espacial Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) divulgado hoy.
Conocidos como “bolas de nieve sucias”, los cometas son como cápsulas del tiempo de los orígenes del sistema solar, por eso el estudio de su interior es clave para reconstruir cómo fue la creación del Sistema Solar hace 4.600 millones de años.
El análisis de su composición química no es fácil pero la profesora Kathrin Altwegg de la Universidad de Berna (Suiza) y su equipo han tenido como aliado el observatorio Rosetta para el estudio de la composición del cometa 67P Churyumov-Gerasimenko.
Altwegg, investigadora principal del instrumento conocido como Rosina, ha utilizado los datos de este espectrómetro de masa, que ha estado examinando la huella química del agua y otros gases del cometa, para medir la cantidad relativa de hidrógeno en uno de los isótopos (tritio) presentes en el agua del cometa.
La comparación de cómo ese valor puede variar entre los cuerpos planetarios, incluidos otros cometas, puede ayudar a entender no sólo el origen del cometa sino cómo pudo llegar el agua a la Tierra.
Altwegg explicó en una teleconferencia que los científicos creen que “después de su formación, la temperatura de la Tierra era muy elevada por lo que probablemente no quedó agua en la superficie”.
La cuestión es cómo llegó ese agua y cuál es la fuente de su origen.
Hace 30 años surgieron teorías que apuntaron a que fueron nubes de cometas las que hicieron posible que el agua llegara a la Tierra, teoría reforzada hace tres años con las mediciones del Observatorio Espacial Herschel de la ESA del agua del cometa Hartley 2.
Los científicos descubrieron que el agua de los océanos terrestres tiene una composición similar al hielo hallado en el cometa 103P/Hartley 2, de la familia de Júpiter y cuyo origen está en el cinturón de Kuiper, el conjunto de cuerpos de cometa fuera de la órbita de Neptuno.
No obstante, las mediciones directas de la proporción de deuterio-hidrógeno realizadas por Altwegg y su equipo apuntan a que el origen del agua terrestre pudo estar en los asteroides más que en los cometas, así como en los cuerpos celestes más pequeños del Sistema Solar.
Parte del agua contiene átomos regulares de hidrógeno (un protón y un electrón), pero en otros casos el hidrógeno es reemplazado por el isótopo más pesado del deuterio (un isótopo pesado de hidrógeno que también incluye un neutrón).
En el agua del cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, la proporción del deuterio y el hidrógeno es tres veces la del agua en los océanos de la Tierra y mucho más elevada que aquella en otros cometas similares.
El estudio, que será publicano en el número de esta semana de la revista Science, señala que en el cometa 103P/Hartley 2 la proporción es mucho más baja, lo que llevó a algunos científicos a reconsiderar que un cometa podría ser el origen del agua de la Tierra.
Sin embargo, los nuevos datos de la proporción del 67P Churyumov-Gerasimenko, sitúan a los asteroides como la posible reserva original del agua.
Los hallazgos también sugieren que las proporciones de deuterio-hidrógeno en los cometas de la Familia de Júpiter son mucho más diversos que lo que se pensaba originalmente.
“Tenemos una mezcla de los cometas en lo que hoy llamamos el cinturón de Kuiper”, señaló Altweeg.
Los actuales cinturones de cometas probablemente tengan distintos orígenes a distancias ampliamente variables dentro del sistema solar, tales como el Cinturón de Kuiper, más allá de Neptuno, o mucho más lejos fuera en la Nube Oort, que se encuentra en los límites del Sistema Solar. EFE