Se agotaron las opciones de reacción para el Ejecutivo venezolano. Ante la inminente aprobación de las sanciones de Estados Unidos en contra de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro, señalados de violadores de los derechos humanos durante las protestas opositoras, se espera la respuesta de Miraflores; sin embargo, Félix Arellano, internacionalista, destaca que solo resta la ruptura de relaciones, reseña La Verdad.
“Ya no tenemos embajador en Norteamérica, Venezuela ha ido expulsando a los funcionarios diplomáticos estadounidenses, todas las medidas previas para romper relaciones las ha ido tomando este Gobierno. A Venezuela solo le falta declararle la guerra a Estados Unidos. Lamentablemente, somos el país del hemisferio que peor relación tiene con esta nación”.
Arellano señala que la decisión de EEUU es una alerta mundial de la crisis que Venezuela atraviesa en materia de derechos humanos. Advierte que el escenario nacional podría agravarse con una ruptura diplomática entre los gobiernos de Maduro y Obama.
“El aislamiento para Venezuela sería la principal consecuencia, dejándonos más indefensos al deslindarnos de la comunidad internacional. Desde el punto de vista económico, también nos perjudicaríamos porque si Venezuela buscase financiamiento, la banca internacional está muy vinculada a las decisiones de EEUU”.
Más allá de lo bilateral
Milos Alcalay, exembajador de Venezuela ante la ONU, resalta que la decisión del Congreso norteamericano va más allá de la relación entre Caracas y Washington, asegura que la medida es el eco de una comunidad mundial que exige el respeto de los tratados internacionales que velan por los derechos humanos en las naciones firmantes.
“Aquí el debate no es tanto Estados Unidos-Venezuela, en donde este último quiere presentarse como una superpotencia enfrentada a Estados Unidos, sino la exigencia de la comunidad internacional para que se cumplan todos esos acuerdos a los que Venezuela está suscrita. Esta es una lucha que se debe seguir llevando en Norteamérica, en Europa, en Latinoamérica y en el resto del mundo”.
Alcalay aclaró que las sanciones del Congreso estadounidense no son en contra de los venezolanos, sino que van dirigidas a ciertos funcionarios del Ejecutivo nacional. “Esto afecta únicamente a esos violadores de los derechos humanos y no al pueblo; ahora, si el Gobierno quiere utilizar esto como una medida en contra de todos los venezolanos, está una vez más utilizando la caricatura de la realidad”.
“La medida norteamericana no es más que una alerta internacional de lo mal que está la situación de derechos humanos en Venezuela”. Félix Arellano. Internacionalista
“Ante una Venezuela más aislada el descontento no solo va a ser de la oposición, sino de los propios seguidores del Gobierno venezolano”. Milos Alcalay. Exembajador de la ONU.