Domingo 14 de diciembre, 10 de la mañana: El primer presidente obrero, “revolucionario” y profundamente chavista, hijo de Chávez, Nicolás Maduro, protagonizaba una entrevista de televisión conducida por José Vicente Rangel a través de la señal de Televén, en donde soltó que le provocaba romper toda relación con los Estados Unidos.
Lunes 15 de diciembre, 1 de la tarde: Durante un acalorado y soez discurso el primer presidente obrero, “revolucionario” y profundamente chavista, hijo de Chávez, Nicolás Maduro insultaba a los legisladores de los Estados Unidos y frente a una minúscula porción del “pueblo” invitaba a los Estados Unidos a que “se metieran las visas por donde se las tuvieran que meter”.
Miércoles 17 de diciembre, 11 de la mañana: La Casa Blanca informó que los EEUU van a normalizar relaciones entre Cuba y Estados Unidos por la mejoría de las dos naciones. Obama anunciaba el fin de una política hacia Cuba que es “obsoleta y ha fracasado durante décadas”. El presidente cubano, Raúl Castro, hacía lo propio en mensaje televisado desde La Habana.
Miércoles 17 de diciembre, 1 de la tarde: El primer presidente obrero, “revolucionario” y profundamente chavista, hijo de Chávez, Nicolás Maduro, en una suerte de “pedida de cacao” ratifica “la voluntad del Ejecutivo Nacional de avanzar en un diálogo con el gobierno de Estados Unidos“.
Definitivamente… Nicolás, el “guabinoso”.