El Gobierno luso aprobó hoy en consejo de ministros la “intervención civil” de la aerolínea TAP, una medida extraordinaria que no se aplicaba desde 2005 y con la que se pretende impedir que la huelga convocada para finales de año deje sin servicio a la compañía.
El ministro de Economía, António Pires de Lima, justificó esta postura por el elevado número de emigrantes portugueses que dependen de la TAP para regresar a su país por Navidades, así como por los perjuicios para el sector turístico, que sufriría “un daño en términos de imagen irreparable”.
En términos prácticos, el recurso a la “intervención civil” supondrá que el 70 % de los empleados del grupo estén obligados a presentarse en su puesto de trabajo, bajo castigo penal si deciden no hacerlo, de acuerdo con la información facilitada por el Ejecutivo. EFE