Derby nació con un defecto en sus patas delanteras que no le permitía caminar ni correr con normalidad. Su dueña, Tara Anderson, en un principio intentó poner a Derby en una especie de carro para que oficie de tren delantero. La idea, de hecho funcionaba bastante bien, ya que le permitía al perro moverse con cierta agilidad e independencia.
Sin embargo no era suficiente debido a que limitaba mucho su movilidad y no le permitía jugar con otros perros, así que su dueña decidió buscar ayuda adicional. Tara Anderson es una trabajadora de 3D Systems y sabía que podía encontrar una solución para Derby en la impresión 3D.
Consiguió la ayuda de Derrick Campana, especialista en prótesis para animales, y los diseñadores Kevin Atkins y Dave DiPinto. Utilizando sofisticadas tecnologías 3D, el equipo logró diseñar las nuevas patas de Derby e imprimirlas en materiales especialmente seleccionados para prótesis médicas.
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