El juego estratégico de Fidel fue impecable, la Crisis de los Misiles es prueba de ello, tanto como Bahía de Cochinos y el bloqueo son testimonio de la torpeza política norteamericana y su arrogancia imperial, errores que le dieron una excusa ideológica y oxígeno a la dictadura cubana. Llegó el ocaso del imperio soviético, el fin de la guerra fría y los chinos comenzaron invadir a occidente pero comercialmente. Fidel necesitaba otro bolsillo al cual meterle mano y acompaña a Carlos Andrés Pérez en su ascenso al poder (1989). CAP era un líder democrático pero con inclinaciones megalómanas y ambiciones continentales, con un ego susceptible de ser seducido. Este salto de talanquera fue peculiar: de comunista duro a lisonjero de la socialdemocracia, incluso repudio el vil y cobarde golpe de Estado que intentara un Teniente Coronel en 1992. Su apoyo a CAP fue decidido, hasta que éste cayó en desgracia y el golpista comenzó a recibir apoyo de poderosos medios y otros factores de poder. Chávez aún era candidato y ya Fidel lo tenía cercado, el arañero quedó deslumbrado y ?literalmente de rodillas ante un maestro de la manipulación. Fidel había encontrado su mina de oro. Y como favor se paga con favor, compartió el tesoro con sus socios chinos y rusos, había suficiente petróleo para todos. Así transcurrieron 15 años en un voraz saqueo de nuestra nación, algo terriblemente doloroso y sin precedente.
Chávez fallece pero Fidel ha acumulado suficiente poder para colocar un sustituto dócil, servil a los intereses de La Habana. Aunque intuye que la “revolución” no da para más, el fracaso es colosal, quebraron a PDVSA, no hay suficientes dólares. Así las cosas, es tiempo de brincar nuevamente la talanquera pero esta vez el salto es digno del mejor trapecista: es hora de abrazar al Tío Sam, abrirse al malévolo capitalismo. Obama y Raúl Castro se acuerdan, quizás discutan que hacer con esa colonia cubana llamada Venezuela o con las FARC, mientras Diosdado y Maduro convocan marchas anti imperialistas y hablan de “guerra económica”, hacen el ridículo y la “ley anti talanquera” no aplica. Castro busca como sacar a Cuba de la lista negra del terrorismo, mientras Obama hace la lista de delincuentes del PSUV. Los castros -con el sol en la espalda- buscan una puerta en la historia mientras Maduro ?hace el papel del venado.
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista / Vicepresidente de ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.