Sony anunció el martes que finalmente estrenará en Estados Unidos “The Interview”, una parodia sobre Corea del Norte que había sido cancelada tras amenazas de piratas informáticos, en una reconsideración que fue aplaudida por la Casa Blanca.
La película será estrenada el día de Navidad “en un cierto número de cines”, según dijo el presidente de la compañía, Michael Lynton, mientras Sony Pictures busca “más plataformas y más salas para que llegue al mayor público posible”.
“Nunca nos hemos rendido para estrenar ‘The Interview'”, subrayó Lynton, quien afirmó estar “orgulloso” de que los estudios cinematográficos “hayan hecho frente a los que intentaron reprimir la libertad de expresión”.
El presidente estadounidense, Barack Obama, aplaudió la decisión, tras haber tildado de “error” la posición que adoptaron la semana pasada los estudios de Hollywood.
Una fuente de Sony confirmó a la AFP que más de 200 cines de todo el país proyectarán el polémico filme, que trata sobre una operación ficticia de la CIA para asesinar a Kim aprovechando que dos periodistas logran el permiso para entrevistarle.
Entre ellos están las salas regentadas por el director Michael Moore y por el autor de las novelas que inspiraron la serie “Juego de Tronos”, George R.R. Martin.
Esta cifra es sustancialmente pequeña frente a los entre 2.000 y 3.000 cines que iban a acoger “The Interview”.
“Esperamos que éste sea solo el primer paso para difundir la película”, agregó el presidente de Sony Pictures, quien el viernes reconoció en una entrevista a CNN no haber sentido el apoyo de la industria.
La prensa estadounidense apuntó que Sony Pictures está intentando lanzar la cinta en el formato Video bajo Demanda (VOD, en sus siglas en inglés).
Uno de los coprotagonistas, director y guionista de la cinta, Seth Rogen, reaccionó a la noticia con entusiasmo: “¡El pueblo ha hablado, la libertad ha prevalecido! ¡Sony no se ha rendido!”, escribió en Twitter.
Su colega de reparto y compinche en la vida real, James Franco, publicó una foto de él y Rogen en Instagram con la leyenda: “¡Victoria! ¡El pueblo y el presidente han hablado!”, en referencia a Obama.
– ¿Comenzó el contraataque? –
Obama celebró la rectificación de Sony al apuntar que “permitirá al público que se forme su propia opinión sobre la película”.
“Nuestro país cree en la libertad de expresión y en el derecho a la libre expresión artística”, recalcó el portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz.
Entretanto, Corea del Norte ha estado sufriendo cortes en su conexión a internet que han desatado las primeras especulaciones sobre un eventual contraataque de Estados Unidos.
El martes la conectividad del país comunista sufrió una breve interrupción, luego de haber colapsado durante nueve horas y 31 minutos el lunes.
Las causas precisas de la falla en Corea del Norte, donde de por sí el acceso a internet es muy limitado, aún no han sido confirmadas, pero expertos afirmaron que el tipo de problema se asemeja al causado por un ataque de “negación de servicio”.
Washington acusa a Corea del Norte de estar detrás del robo de información digital al estudio de Hollywood y Obama prometió responder “proporcionalmente” a tal ataque.
Los “hackers” habían lanzado amenazas a todos los cinéfilos que se atrevieran a ir a ver la película, evocando los ataques del 11 de septiembre de 2001.
En respuesta, Sony Pictures había anunciado hace apenas seis días que no les quedaba otro remedio que retirar la cinta de los canales de distribución, ante la negativa de los principales cines del país a proyectarla.
La resolución de Sony pareció una claudicación, tras soportar al mismo tiempo la filtración de cientos de correos de mensajes internos y datos confidenciales de 47.000 empleados en un ciberataque el 24 de noviembre.
Varios expertos valoraron en hasta 500 millones de dólares el impacto del ataque, reivindicado por un grupo autodenominado Guardianes de la Paz o GOP (Guardians of Peace, en inglés).
Pyongyang ha negado categóricamente estar detrás del ataque a Sony, aunque lo calificó de “acto legítimo” porque el filme es un “acto de terror sin sentido”. AFP