El pasado 3 de diciembre, la líder opositora venezolana María Corina Machado fue imputada por la Fiscalía General de Venezuela, acusada de conspiración por solicitar la injerencia de otros países en cuestiones políticas internas.
De acuerdo al artículo 132 del Código Penal, el delito que se le atribuye es el de conspirar contra la forma política republicana de la nación, al que corresponde una pena de entre ocho y 16 años de cárcel. No es esto lo único de lo que se la ha acusado, también la han llamado traidora, marioneta de la CIA, terrorista, oligarca y pija.
Difícilmente se entiende que una mujer con todas las ventajas a su favor -inteligente, profesional y con poder adquisitivo-, pudiendo vivir cómodamente en cualquier parte del mundo, haya tomado la determinación de entrar en la política venezolana corriendo riesgos reales, entre los que destaca la posibilidad de ser encerrada en un calabozo, sin juicio ni garantías de que sus derechos mínimos sean respetados.
El diario español El Mundo habló con María Corina, aquí parte de la entrevista:
-¿Cómo te describes?
Soy una ciudadana, una madre venezolana que adora su país y que ha decidido dedicar su vida a transformarlo en una nación de oportunidades y futuro para todos. A eso me dedico y a eso quiero dedicar el resto de mi existencia.
-¿Te has sentido discriminada en algún momento por ser mujer?
En lo personal no me he visto directamente afectada, y creo que ha sido porque, entre otras cosas, he tenido siempre una gran ayuda de otras mujeres. Por tanto, es precisamente eso lo que debemos hacer: apoyarnos unas a otras, y sobre todo aquellas que luchamos en la política. Ellas están en las manifestaciones y en las bases de los partidos, pero no entre los directivos.