Lucha contra el reloj y el clima para dar con avión AirAsia

Lucha contra el reloj y el clima para dar con avión AirAsia

(foto EFE)
(foto EFE)

Los rescatistas luchaban “contra el tiempo y el clima” el jueves para recuperar los cuerpos de los fallecidos en el accidente del vuelo 8501 de AirAsia, mientras la ventana de buenas condiciones climáticas para la búsqueda se cerró de golpe por otro frente de viento y fuertes lluvias.

Siete cuerpos han sido recuperados del avión, que se estrelló el domingo en el mar de Java con 162 personas a bordo.

Los equipos de búsqueda empezaron a hallar cadáveres y restos el martes, pero en medio de la temporada de lluvias en Indonesia, el clima ha impedido con frecuencia que helicópteros y buzos pudiesen trabajar mientras que las fuertes corrientes han mantenido los restos en movimiento.





A pesar de que los encargados de las labores de rescate no tuvieron éxito el jueves para dar con nuevas víctimas el jueves por la tarde, las autoridades anunciaron que habían identificado uno de los cuerpos recuperados anterioremente: el de la auxiliar de vuelo Hayati Lutfiah Hamid.

La marina de Singapur envoi un vehículo submarino no tripulado capaz de rastrear el fondo marino para intentar ayudar a localizar los restos de la aeronave y las importantísimas “cajas negras”. Indonesia está empleando un barco para la detección minas y otra nave de investigación privada especializada en cartografía marina, al tiempo que se desplegaron aviones capaces de detectar metales.

Estamos “centrados en encontrar el cuerpo del avión “, dijo el portavoz de la fuerza aérea Indonesia, el mariscal Hadi Tjahjanto a periodistas. “Había algo parecido a una sombra oscura que vimos una vez desde un avión, pero aún no se ha probado que sea el fuselaje”.

Los siete cadáveres fueron recuperados en una zona frente a la costa de la isla de Borneo, a unos 160 kilómetros (100 millas) del sitio donde fueron avistados por primera vez. Los restos se mandan inicialmente a Pangkalan Bun, la ciudad más próxima, antes de ser transportados a Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia y desde donde despegó el vuelo 8501.

La mar agitada impidió que los buzos se sumergiesen en el agia el miércoles, y la mayoría de helicópteros quedó en tierra, pero 18 barcos siguieron inspeccionando la zona de búsqueda acotada.

Imágenes de sonar han identificado lo que parecían ser grandes partes del avión.

“Es posible que los cuerpos estén en el fuselaje”, dijo el vicemariscal del aire Sunarbowo Sandi, coordinador de búsqueda y rescate en el poblado de Pangkalan Bun. “Así que ahora es una carrera contra el tiempo y contra el clima”.

Cuánto más se prolongue la búsqueda, más se descompondrán los cuerpos y se esparcirñan los restos.

Aún se desconoce qué derribó el avión cuando estaba a medio camino de su vuelo de dos horas entre Surabaya y Singapur. La última comunicación indicaba que los pilotos estaban preocupados por las condiciones climáticas. Pidieron permiso para volar encima de nubes de tormenta, pero les fue negado por el elevado tránsito aéreo. Cuatro minutos después, el avión desapareció del radar sin emitir una señal de emergencia.

Las grabadoras de datos y de voces de la cabina, conocidas como cajas negras, deben ser recuperadas antes de que las autoridades puedan empezar a determinar qué causó el accidente. Algunos objetos recuperados hasta ahora son un chaleco salvavidas, una compuerta de salida de emergencia, zapatos de niño, una maleta azul y mochilas llenas de comida.

Las autoridades aún no han anunciado las identidades de los cuerpos recuperados. Los familiares han dado sangre para las pruebas de ADN y presentaron fotografías de sus seres queridos, junto con información de detalles que podrían facilitar su identificación como tatuajes o marcas de nacimiento.

La larga espera, con sus avances y paros, ha sido frustrante para Sugiarti, de 35 años. Su hermana de 40, Susiyah, era una niñera que viajaba a Singapur para unas vacaciones con sus empleadores y su hija de dos años.

“Espero que puedan encontrar su cuerpo pronto. Lo siento por mi hermana porque ya han pasado cinco días”, dijo a la prensa en un centro de crisis montado en una comisaría de Surabaya. “Estoy tratando de ser paciente.”

Casi todos los pasajeros eran indonesios, y muchos eran cristianos de ascendencia china. El país es predominantemente musulmán, pero hay importantes bolsas de población con otras religiones dispersas por el extenso archipiélago. AP