En un país en crisis, los ciudadanos lo menos que esperan son respuestas de su gobierno, no sirve de nada que un presidente salga en televisión a culpar a otros por sus malas decisiones económicas cuando las colas, altos precios y escasez siguen en las calles. Son cada vez menos quienes creen en las mismas excusas de siempre, en todo caso aumentan quienes comienzan a exigir de manera más activa que cumplan con sus obligaciones. Usted puede mentir una vez o dos veces, pero no puede mentir siempre.
Este es el panorama de Nicolás Maduro, quien heredó una Venezuela a la orilla del precipicio y con un talento increíble logró lanzarnos al fondo con gran rapidez. Lo que no heredó fue aquella capacidad para mentir y fingir amor por los pobres que tenía su antecesor. Al punto que todo el mundo pareciera olvidar que la situación actual es resultado directo de su acción de gobierno. Han sido las mismas caras durante 16 años y las mismas excusas, antes mejor elaboradas, hoy muy burdas y lanzadas al aire por un vocero cuya característica principal es su falta de credibilidad.
La inflación más alta del mundo, caída de todos los sectores productivos del país, escasez, bajos precios del petróleo y un dólar paralelo incontrolable no merece un “yo no fui”, demandan medidas urgentes que por falta de piso político no se atreven a anunciar. Están parados descalzos sobre una alfombra de vidrio y le temen dar el mínimo movimiento.
Resulta que la crisis económica es producto de las protestas de inicio de 2014, de la burguesía y para variar del imperio. Su responsabilidad directa no la asumen ni la asumirán. Es más fácil señalar cuando son cuatro los dedos que te acusan. En febrero decían que nadie protestaba, que todo el mundo estaba en la playa, hoy es otra la opinión. No hay ni habrá un mínimo de coherencia.
Responsabilizan a los Estados Unidos de una guerra petrolera contra venezolana y a las horas salen babeados por el vicepresidente norteamericano, Joe Biden. Aquí no se guardan ni las formas, por eso hace mucho se ubican con menos de 20 puntos de aprobación.
Hay medidas impostergables, que tendrán que anunciar buscando salvarse ellos y no a la economía. Nosotros estamos en la obligación de explicar por qué con los mayores ingresos de la historia nacional es ahora la economía con peor desempeño de toda la región.
Brian Fincheltub
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