Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, en la visita al sector de la parroquia Cristo de Aranza, aseguró que Hidrolago debería tener un sistema de indemnización para aquellos que pagan el recibo del agua y no les llega
Como si ya estuvieran acostumbrados a los problemas, los vecinos del sector La Caimana en la parroquia Cristo De Aranza, se sientan en su plaza a ver los días pasar. Su característica jovialidad es inmutable a la hora de evaluar las dificultades que viven y sus posibles soluciones, sin embargo, a la hora de exigir acciones a los entes responsables no disfrazan su molestia.
Tienen más de 20 años con varios problemas en el servicio del agua que sobrepasan los que se presentaron en tiempos de sequía. Vecinos denunciaron ausencia del servicio por semanas y cuando llega, lo hace turbia.
Alirio Villasmil, jubilado de 73 años y asiduo visitante de la Plaza de los hombres caídos ubicada en el sector, explicó que tienen 20 años comprando agua a un mismo chofer de cisternas. “Ya tenemos nuestras cisternas fijas. Por consideración nos dejan a 700 el viaje cuando cuesta hasta mil 200 bolívares. A más de la mitad de los habitantes del barrio no les llega agua y a los poco que les llega no les sirve para cocinar y menos para beber. Al final todos estamos igual. El agua amarilla, bien sea del tubo o de la cisterna, la usan las mujeres para lavar y limpiar, pero para beber compramos botellones”.
Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, durante la visita al sector, aseguró que es una gran falla la de Hidrolago mantener este problema en un barrio que tiene más de 100 años de fundado. “Yo me pregunto: si la gente paga por agua potable y red de aguas servidas, pero sólo gozan de un servicio, ¿por qué Hidrolago no indemniza a la población por todo lo que pagan en camiones cisternas? ¿Cuántos años más tienen que pasar para que resuelvan esta situación? Han tenido 20 años para identificar el problema de La Caimana y abordarlo, ¿por qué no lo resuelven?”.
Regulo Ortega, herrero “nacido y criado en Los Haticos”, señaló que es zona de Maracaibo siempre fue la mejor para vivir porque todo queda cerca y los servicios nunca faltaban. “Esto no es ni la sombra de lo que fue. Ahora vivimos sin agua, con un gas deficiente y con una inseguridad que no se aguanta. Tenemos que quitar los bombillos de la plaza porque hasta eso se llevan. Este no es el país en el que nací, no es el país en el que quiero que crezcas mis nietos. Lo peor es que no se ve opciones de mejoras. Dios nos agarre confesados”.
Nota de prensa