Los precios del petróleo seguirán cayendo a medida que una alta producción encuentre una demanda débil, y los mercados sólo se recuperarán cuando las grandes economías manufactureras, particularmente en Asia, sientan los beneficios de la energía más barata.
Por Henning Gloystein-Reuters
Al mismo tiempo, la fortaleza del dólar también ejerce presión sobre los precios del crudo.
Los precios del petróleo han bajado a la mitad desde junio del 2014, a cerca de mínimos en 6 años, al desacelerarse el crecimiento económico global, y analistas afirman que un creciente excedente en los suministros llevará a que los precios bajen más antes de que se registre un repunte.
Por el lado de la oferta, la presión a la baja proviene de una bonanza en la producción del petróleo de esquisto en Estados Unidos y, más recientemente, por la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de no reducir la producción para respaldar a los precios.
En vez de eso, la OPEP optó por defender su participación de mercado frente al petróleo de esquisto estadounidense.
“Los riesgos para los precios del petróleo permanecen a la baja en el corto plazo”, dijo ANZ Bank el miércoles.
“Los productores de esquisto (en Estados Unidos) no comenzarán a sentir la presión por otros seis meses. Además, existe la posibilidad de más aumentos de suministro de miembros de la OPEP (…) como Libia, Nigeria y Venezuela, que podría presionar aún más a la baja a los precios”, agregó.
También hay más petróleo en el sistema debido a que las economías en desaceleración están usando menos y en la medida en que mejora la eficiencia energética.
En Asia, Japón está combatiendo una recesión, mientras que en China -que impulsó una bonanza de las materias primas en años recientes- la demanda se está desacelerando a medida que el país pasa de ser una economía basada en el uso intensivo de la energía a una alimentada por el consumo.
Otra presión para el petróleo proviene del dólar.
Dado que se prevé que la Reserva Federal de Estados Unidos suba las tasas de interés este año por primera vez desde el 2006, el dólar probablemente seguirá fortaleciéndose, presionando aún más a los mercados petroleros a medida que se debiliten las monedas europeas y asiáticas.
Aunque el panorama inmediato para el petróleo continúa débil, los analistas afirman que los menores costos de los combustibles para los hogares y empresas deberían respaldar en algún momento a la demanda, especialmente en economías basadas en manufacturas.
Según los analistas, los precios del petróleo tocarán fondo y comenzarán a subir de nuevo una vez que los países petroleros reduzcan la producción para ajustarse a los precios menores y que grandes centros de manufacturas comiencen a sentir los beneficios económicos de la energía más barata y nuevamente comiencen a usar más crudo.