Mientras el ministro Osorio pretende hacer creer a algunos pocos de sus seguidores que el ‘supuesto’ desabastecimiento que vivimos es una obra “mediática” de la oposición, no obstante le hegemonía comunicacional ejercida por el gobierno en prensa, radio y televisión; el presidente del Instituto Nacional de Estadísticas se encarga de desmentirlo afirmando que éste no se puede ocultar, Aporrea denuncia la gravedad del mismo; y el Centro Gumilla se pregunta ¿cómo es posible crear una matriz de opinión como la denunciada por el ministro cuando prácticamente se controlan todos los medios?
Yo que he pasado estos 16 años combatiendo las mentiras del régimen debo alzar mi voz en defensa del ministro, no porque comparta la idea de la inexistencia del desabastecimiento, sino porque percibo que el ministro dice lo que cree y siente. El ministro cree que la revolución ha traído bienestar a la población, cree que Stalin lo llevó a los rusos, Mao a los chinos y Castro a los cubanos. Es por lo tanto un convencido que dice lo que cree. ¿Por qué lo cree? Porque la revolución le ha traído bienestar a él. ¿Qué siente el ministro? Siente que no le falta nada; y lo extrapola. No hay desabastecimiento. Si lo hubiera el ministro lo padecería.
La ‘nueva clase’ denunciada por Milovan Djilas en los años 50 está presente en Venezuela desde que el eterno, hoy difunto, alcanzó el poder y como todo mitómano terminó por creerse sus mentiras. El ministro cree todo cuanto le oyó y jura que están realizando una revolución, en relación con lo cual tampoco le falta razón, porque no han hecho otra cosa que revoluciones, es decir, han girado sobre su propio eje y regresado al lugar donde estaban. Y ojalá fuera así porque no habríamos retrocedido, pero el asunto es peor porque el mundo avanzó mientras nosotros dábamos vueltas.
La población que padece la escasez anatematiza la situación y al gobierno con una frase de una mujer haciendo cola en un mercado que hoy recoge la prensa “el hampa robando en la calle y los policías aquí poniendo números”. ¿Cómo solucionar el problema de desabastecimiento de alimentos y medicinas y sobreabastecimiento de hampa e inseguridad? Solo hay una fórmula, cambiando los personajes del gobierno por unos que perciban la realidad como ésta es. Quien no percibe la escasez no puede tomar medidas para combatirla. Seguirán dando palos de ciego y buscando a quien echarle la culpa de su propia incompetencia.