El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, terminó hoy en Argel una visita a varios países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sin consenso para pactar una reducción en la producción de petróleo que permita detener la vertiginosa caída de precios. EFE
“Estamos en una coyuntura delicada y se harán denodados esfuerzos por superarla”, dijo Maduro a los medios tras reunirse con el presidente Abdelaziz Buteflika, en esta última etapa de una gira que le ha llevado a Irán, Catar y Arabia Saudí, sin conseguir apoyos en su intento por que la OPEP (que tiene en torno a un 42 % del mercado petrolero mundial) reduzca su producción de crudo.
El precio del barril Brent cayó hoy hasta los 45,23 dólares, la cifra más baja en cinco años.
Desde mediados de 2014, los precios del Brent sufren una importante caída, pero ésta se ha acelerado con el comienzo de 2015 y los expertos creen que esta tendencia continuará, e incluso no descartan que lleguen hasta la barrera de los 40 dólares.
En la reunión semestral de la OPEP del pasado noviembre, los miembros de este cártel decidieron mantener los actuales niveles de producción, en torno a los 30 millones de barriles diarios.
De acuerdo con los analistas, este fuerte ritmo de oferta no corresponde con la compra de crudo por parte de los países consumidores, que han adquirido menos.
Los expertos han insistido en que miembros de la OPEP como Irán, Irak, Libia y Nigeria dependen únicamente de los ingresos del crudo para mantener en marcha a sus países, por lo que hace difícil que acuerden un recorte de la producción que ayude a esta caída.
También Venezuela depende de sus ingresos de crudo, pero se ha convertido en el abanderado de la propuesta de recortes, sin encontrar mucho eco en la OPEP.
“Estamos haciendo lo necesario para recuperar todo lo que se ha perdido y de poder garantizar que el precio del petróleo pueda subir de nuevo”, dijo Maduro.
El mandatario venezolano indicó que ha advertido al presidente argelino de que “agencias de prensa europeas y americanas están atacando esta visita que acabo de efectuar a estos países, para desalentarnos y no lograr consenso entre nosotros”.
“No vamos a dejar hacer a quienes quieren perturbar el trabajo hecho desde hace muchos años y asegurarse de que nos quitan nuestro patrimonio, nuestras riquezas y recursos naturales, como el petróleo”, ha asegurado.
Poco antes, Maduro había descartado la celebración de una “cumbre” de jefes de estado de la OPEP ante la gravedad de la situación actual, al reconocer que “falta consenso ante la iniciativa propuesta por Venezuela”.
En Argel, Maduro volvió a repetir su tesis de que el petróleo se está utilizando “como un arma económica para someter países, regiones y pueblos”, algo que “no vamos a permitir”, dijo, y para ello es necesario “fortalecer la OPEP para una nueva etapa que debe asumir, de liderazgo en la estabilidad de los precios petroleros”.
Según estiman los observadores, la oposición que Maduro ha encontrado a reducir la producción en los países del Golfo se debe a que entre ellos se abre paso la idea de que unos precios bajos, como los actuales, van a tener al menos un efecto positivo: desanimar la búsqueda de crudo mediante “fracking” (fracturación hidráulica), en boga en Estados Unidos.
Si el fracking dejase de resultar rentable, los precios del crudo volverían a subir, pero para ello sería necesario aguantar un periodo crítico, según este análisis.
Argelia y Venezuela tienen un problema común, y es el carácter rentista de su economía, ya que ambos países son altamente dependientes del crudo, con el que financian sus generosos sistemas de subsidios de precios. EFE