La libertad de expresión en Venezuela sufrió el año pasado el mayor deterioro de los últimos 20 años ante el incremento de los casos de censura y agresiones, señala un informe difundido el martes por la organización no gubernamental local Espacio Público.
Entre enero y diciembre pasado se reportaron 350 denuncias de violaciones a la libertad de expresión, registro que supera en 59% los casos reportados en el 2013 y representa la mayor cifra de las últimas dos décadas, indica un estudio de esa organización, una de las principales ONG del país que se dedica a la protección de los derechos de los periodistas y la defensa de la libertad de expresión.
Según su informe, las vulneraciones más frecuentes fueron la censura con 145 denuncias, y las agresiones físicas a periodistas, fotógrafos y camarógrafos con 93 eventos. Los casos de censura y agresiones registraron aumento de 25% y 16% en comparación con el 2013.
El director ejecutivo de la entidad, Carlos Correa, afirmó que el deterioro a la libertad de expresión en Venezuela está asociado a las ventas de algunos medios que se dieron entre finales del 2013 y 2014, y un “patrón que pareciera represivo” en la cobertura de las manifestaciones que ocurrieron durante la primera mitad del año pasado en Caracas y otras ciudades del interior contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Correa dijo a la AP en entrevista telefónica que Venezuela enfrenta una compleja situación en materia de libertad de expresión porque hay “menos posibilidades de hacer un periodismo independiente, crítico”, y “hay noticias que no circulan con la facilidad que circulaban antes”.
El activista sostuvo que a partir del 2013, durante el primer año del gobierno de Maduro, comenzó a darse una “enorme sensibilidad” de parte de las autoridades en la cobertura de la información de naturaleza económica, especialmente la relacionada con las filas de compradores en los mercados, la escasez y distribución de productos alimenticios, y que se evidenció en la detención temporal y la apertura de procesos contra algunos medios, periodistas y fotógrafos que estaban cubriendo y registrando esos eventos.
La política del mandatario con los medios es muy similar a la de su antecesor, el fallecido Hugo Chávez, que durante sus 14 años de mandato tuvo tirantes relaciones con los principales diarios y televisoras del país a los que acusó de difundir “mentiras” sobre su gestión y conspirar para derrocarlo, reseñó AP
El peor en 20 años
La organización no gubernamental Espacio Público presentó su informe Situación Libertad de Expresión e Información en Venezuela, según el cual, el 2014 fue cuantitativamente el peor año para las garantías al derecho humano a la libertad de expresión.
De enero a diciembre, se documentó un total de 579 violaciones a la libertad de expresión, que corresponden a 350 denuncias/casos. Esta cifra representa la más alta registrada en Venezuela desde, al menos, los últimos 20 años, reseña la nota de prensa.
Los datos registrados implican un incremento de 59% en el número de denuncias/casos con respecto al año 2013 en el mismo período y un total de 474 víctimas. Asimismo, el número de violaciones al derecho a la libre expresión, presenta un incremento de 102% respecto al año 2013.
En el mes de febrero durante las protestas de calle, se registraron 86 casos de violaciones del derecho a la libertad de expresión e información que, en comparación con febrero 2013 (7 casos), mostró un aumento de 500 %.
El tipo de violación más recurrente fue la censura sumando 145 violaciones de este tipo (25,04%). En segundo lugar las agresiones en 93 ocasiones (16,06%) y en tercer lugar la intimidación aplicada 88 veces (15,20%). Las amenazas, ataques y agresiones constituyeron los tipos de violaciones que más aumentaron con respecto al año 2013. Las víctimas se incrementaron en un 47% con respecto al año anterior. Los afectados no son solo profesionales del periodismo o los medios de comunicación.
Victimarios
Los cuerpos de seguridad encabezan las violaciones a la libertad de expresión (28,57%), principalmente las relacionadas a casos de agresiones e intimidación contra periodistas y personas levantando información en manifestaciones. En segundo lugar, las Instituciones administrativas (16,97%), que principalmente por medio de sanciones y multas afectan a los medios de comunicación y a sus periodistas y en tercer lugar funcionarios públicos (8,86%) que reinciden en la descalificación hacia los trabajadores de la prensa.
En cuanto a los terceros particulares, los desconocidos son los que ocupan la primera posición, esto relacionado a las amenazas y ataques a medios de comunicación y periodistas (7,43%), a estos le siguen los dueños y directivos de medios cuya principal violación aplicada es la censura a periodistas y programas críticos al gobierno nacional (19,71%). Los grupos armados/violentos (4,57%) se encuentran en tercer lugar siendo responsables de muchas de las agresiones, hurtos y amenazas hacia periodistas.
Exigencias y recomendaciones
Espacio Público afirmó que el comunicado que “el abandono por parte del Estado de las garantías del ejercicio del periodismo y de la protección del derecho humano a la libertad de expresión, aunado al discurso de descalificación por parte de funcionarios públicos, contribuyen a sostener un contexto polarizado y de hostilidad para el ejercicio de la comunicación que afecta al universo de la población que reside en Venezuela”.
En este sentido, la ONG realizó una serie de recomendaciones a fin de mejorar la situación. Entre estas destacan: garantizar la independencia de Conatel y otros entes rectores en la asignación de frecuencias del espectro radioeléctrico, asignación de divisas para importación de papel e insumos para prensa. Garantizar la integridad personal de los comunicadores sociales y sancionar cualquier agresión en su contra. Desarrollar un marco legal que garantice el derecho a réplica y rectificación y revisar el Código Penal para suprimir las figuras de difamación e injuria, vilipendio y desacato como delitos penados con privación de libertad. Y, por último, contribuir a impulsar un contexto en donde el diálogo e intercambio, basado en el respeto y en el reconocimiento como iguales, sea posible.