Terminado el superciclo de las materias primas, “la fiesta se acabó” en América Latina, donde los gobiernos deberán hacer frente ahora a una población mucho más exigente, afirmaron economistas y dirigentes de la región este miércoles en Davos.
“Venimos de un boom del consumo. A nivel social hubo casi un milagro en Brasil, con tanta gente saliendo de la pobreza. La gente consume más, y esas expectativas están muy ancladas. Pero ahora los gobiernos llegan y le dicen a la gente que habrá menos que consumir. Algunos países lo harán mejor; otros se desgarrarán buscando el equilibrio”, dijo en el foro el analista venezolano Moisés Naím.
“La fiesta de la década se ha acabado, eso está claro. Una de las razones es que los países de América Latina dependen mucho de las materias primas, y eso es un problema”, afirmó Mario Blejer, ex presidente del Banco Central argentino y ahora vicepresidente del Banco Hipotecario.
El debate se celebró coincidiendo con el recorte drástico de la previsión de crecimiento del Fondo Monetario Internacional para la región este año, que se queda ahora en un 1,3%. En el caso de Venezuela, la institución de Washington espera un desplome del 7%.
Moisés Naím, autor del ensayo “El fin del poder”, catapultado en ventas por la recomendación hecha por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo que el superciclo de las materias primas alimentó en algunos países “un superciclo político, caracterizado por el populismo”.
“Pienso en mi país, Venezuela, y en Argentina. El resultado es un sufrimiento humano inimaginable, y no sabemos cuánto durará”, dijo Naím.
Después de una década de avances sociales, los gobiernos de la región se enfrentan a un cuello de botella: mantener una agenda social que reduzca las desigualdades, pero con un bajo crecimiento y con unas materias primas que ya no permiten financiar tan generosamente esos programas.
“Hay una cosa que quedó clara en las manifestaciones de Brasil (el pasado año): la gente está cansada de la mala gestión, y de la ineficiencia. Ahora hay mucha más presión”, dijo Roberto Setubal, presidente del banco brasileño Itaú, resumiendo el ánimo general.
Para el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, la salida de este cuello de botella pasa por una mayor integración comercial.
El secretario realzó el papel de la Alianza del Pacífico, formada por México, Colombia, Perú y Chile, pero observó que “América Latina, sin Brasil y Argentina, no está completa. Hay que liberalizar la forma en que comerciamos unos con otros, facilitando los trámites de aduanas”, por ejemplo.
Para Mario Blejer, la receta de la recuperación incluye una inversión e diversificar la economía, y una revisión profunda del papel de los gobiernos.
“No es verdad eso de que cuanto menos gobierno mejor. La verdad es que cuanto mejor sea el gobierno, tanto mejor. Porque, ¿quién va a financiar la infraestructura?”, se preguntó Blejer.
Según apuntó en el debate un participante del público, los dirigentes deberá preocuparse del desarrollo tecnológico, y hacer gala de imaginació y ambición.
Una invitación a la que Moisés Naím reaccionó enérgicamente.
“Hay que definir quién y cómo es ambicioso. Cristina kirchner, Lula, Dilma Rousseff, te dirán que representan al país. Eso no tiene precedentes. Y miren dónde estamos. Tengamos cuidado con quién define qué es la ambición”, apostilló. AFP