¿Qué está pasando con los comunistas venezolanos? Tal parece que nunca leyeron a Carlos Marx. Si lo hubiesen leído, sabrían desde hace bastante tiempo que, de acuerdo con los lineamientos comunistas, revolucionario que se precie de serlo, no cree en Dios. Por tanto, esa vaina de estar rogándole a Dios a cada rato para que baje del cielo a resolverle sus problemas, no les queda nada bien.
Marx debe estar revolcándose en su tumba. Si mal no recuerdo, Marx dijo que la religión es una experiencia irracional y criticó el porqué el hombre, frente a la incapacidad de crearse a él mismo, necesitó crear a Dios. Dijo también que el Estado burgués convenció al hombre de que éste no puede crearse a él mismo y que necesitaba crear un Dios exterior y superior a él. Marx pensaba que no fue Dios quien creó al hombre sino el hombre quien creó a Dios. Según Marx, la religión es alienante porque le dice al hombre que el sufrimiento que le toca vivir en este mundo sólo lo puede salvar su fe en Dios, quien le llevará a otro mundo (el cielo, el paraíso) donde encontrará justicia y felicidad y donde no hay desigualdades sociales ni económicas, que según la religión son las causantes de todo sufrimiento humano.
Los comunistas venezolanos, amantes del pecado y la contradicción, han hecho caso omiso a los preceptos marxistas. Estos comunistas tropicalizados, son una vaina seria. Ahora resulta que no sólo creen en Dios, sino que inclusive, le piden ayuda para resolver el déficit fiscal, la caída de los precios del petróleo, la merma en las reservas internacionales y las dificultades con el presupuesto.
El primer gran comunista converso fue Fidel Castro. En la revista Interviú, Frei Betto, el religioso que llegó a ser viceministro económico en el primer gobierno de Lula y quien luego se convirtió en padre confesor de Fidel Castro, dijo que “Fidel también creía en Dios. Betto dijo que durante una reunión amistosa con Leonardo Boff y otros teólogos de la liberación, Fidel Castro no tuvo el menor empacho en defender el culto popular a la cubanísima Virgen del Cobre” Digno de aunque usted no lo crea: el legendario Comandante de la Revolución cree en Dios. Fidel es creyente.
Otro comunista que decidió creer en Dios fue Hugo Chávez. En abril de 2002, luego de haber sido depuesto por un golpe de estado, y tras regresar al poder, Chávez tomó un crucifijo y juró ante Dios que estaba arrepentido por todas las cosas malas que había hecho. Incluso, cuando estaba en las últimas, rendido y temeroso, pidió la presencia del cardenal Velasco para confesarse.
Seis años después, el 26 de mayo de 2008, Chávez dejó entrever que Cristo era un gran mentiroso: “yo interpreto a Cristo cuando dijo mi reino no es de este mundo, algunos dicen que lo que Cristo quiso decir es que el reino de la igualdad y la felicidad no era posible en este mundo si no en un mundo más allá después de que la gente muere y se va al cielo (…) No. Eso es mentira. No hay otro mundo más allá. Es aquí.”
El 5 de abril de 2012, jueves santo, en Barinas, cuando sus médicos le dijeron que su cáncer era incurable, Chávez volvió a creer en Dios: “Dame vida, dame tu corona Cristo, dámela que yo sangro, dame tu cruz, cien cruces que yo las llevo, pero no me lleves todavía. Dame vida Jesús, todavía me queda vida. No me lleves todavía, dame tu cruz, dame tus espinas, dame tu sangre Cristo que yo la llevo”.
Los comunistas venezolanos son tan atrevidos, que durante el 3er congreso del PSUV, el 2 de septiembre de 2014, la dirigente María Estrella Uribe rezó un nuevo Padre Nuestro:
“Chávez nuestro que estás en el cielo en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía, como el delito del contrabando, porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Chávez”.
Ante tales demostraciones de comunismo religioso, y a sabiendas de que el problema que tiene encima no lo resuelve ni Mandrake El Mago, Nicolás Maduro, el ex trabajador del Metro de Caracas, flamante comunista, heredero de Chávez, y protegido de los hermanos Castro, no ha querido quedarse atrás. Maduro dirá que si Fidel y Chávez rogaron y ruegan a Dios, ¿por qué carajos no lo va a hacer él también?
Por eso, en su discurso de Memoria y Cuenta dijo: “Son menos divisas (…), pero nunca faltará Dios. Dios proveerá”.
Alguien debe recordarle a Maduro una frase de Hugo Chávez quien antes de morir dijo: “El año que viene yo estoy seguro que ustedes me van a reelegir presidente por seis años más. Y en 2019 que yo decía que me iba a ir, no me voy tampoco. 2019-2024, 2024-2030, para allá vamos con el favor de Dios y la Virgen”.
Como se sabe, ni Dios ni la Virgen le pararon bolas.
SC 23 de enero de 2014
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