La fiscal que investiga la muerte de Alberto Nisman, Viviana Fein, en el centro de la polémica por sus contradicciones, reivindicó hoy su “independencia” y confirmó su decisión de tomar vacaciones en mitad de un proceso que mantiene en vilo a Argentina.
La fiscal Fein ha quedado en entredicho después de admitir que negó “por un error involuntario” la existencia de un borrador de la denuncia presentada por el fiscal Nisman contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, en el que pedía su detención.
Fein rechazó las denuncias de la oposición, que atribuyó la confusión a una maniobra de la fiscal general, Alejandra Gils Carbó, muy próxima a la presidenta, y reivindicó su independencia.
“La Procuración General de la Nación me brindó su apoyo en mi dirección independiente, autónoma, totalmente libre. Hago todas las medidas confirme a mi discrecionalidad, nadie me pone frenos”, dijo Fein en declaraciones a la prensa.
La fiscal que investiga la muerte Nisman, encontrado con un tiro en la cabeza en su casa el pasado día 18, tras denunciar a Cristina Fernández por presunto encubrimiento de terroristas iraníes, confirmó que tomará sus vacaciones en las próximas semanas y dejará la investigación en manos de dos colaboradores.
“Es una licencia compensatoria de quince días”, explicó Fein, que argumentó que no se toma vacaciones desde el año 2014.
En su ausencia, entre el 18 de febrero y el 5 de marzo, la investigación correrá a cargo de otros dos fiscales “independientes”, afirmó.
La fiscal confirmó también que el sistema de seguridad del edificio donde vivía Nisman, en el barrio porteño de Puerto Madero, “es totalmente franqueable, totalmente violable”.
“Mucha infraestructura del complejo permite el ingreso y egreso de personas sin ser advertidas en modo alguno”, agregó.
Pese a los múltiples pedidos de distintos sectores para que se agilice la investigación sobre la muerte de Nisman, en estas dos semanas Fein sólo ha podido aclarar que murió de un disparo en la cabeza procedente de una pistola calibre 22 que se encontró bajo su cuerpo, en el baño de su vivienda, y que no hay rastros de terceros en la escena.
Incomprensiblemente, aún no se ha terminado el análisis del registro de llamadas de sus teléfonos y tampoco se ha concluido la revisión de toda la documentación que figura en su expediente.
El único imputado hasta ahora es Diego Lagomarsino, el informático que trabajaba con Nisman, por haberle prestado el arma que acabó con su vida.
Nisman murió en vísperas de acudir al Congreso para detallar la denuncia presentada contra Fernández por presunto encubrimiento de los sospechosos iraníes del atentado contra la mutua judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994.
El fiscal basaba su denuncia en el acuerdo de entendimiento suscrito entre Argentina e Irán en 2013 y que, según Fein, incluía encubrir a los sospechosos a cambio de impulsar el intercambio comercial de granos argentinos por petróleo iraní. EFE