Jamás pudo imaginar Mario Puzo que la novela ideada por él pero inspirada en la realidad, de modo tan vivo que el lector no puede distinguir cuándo está en presencia de la imaginación del autor y cuándo de la dura realidad inspiradora, “muchos años después” fuera a convertirse en inspiradora de la realidad. Así ha ocurrido, el padrino ya no es un personaje de novela, es un ser de carne y hueso. Sin embargo, su realidad es como una novela. Realismo mágico del más puro. Ese que también “muchos años después frente al pelotón de fusilamiento” envolvió a Aureliano Buendía.
El padrino es un ser bolivariano, lo cual ya de por sí lo introduce en un mundo mágico porque en la historia del siglo XXI es difícil establecer su significado dado lo variopinto que son las personas que así se proclaman. No se sabe si el calificativo indica gusto por los gustos de Bolívar (Manuelita) o por las ideas de Bolívar (la República Democrática) o simplemente por los bolívares. Lo cierto es que, guardando la distancia, ha pretendido emularlo lanzando no un decreto, sino una resolución de “guerra a muerte”. Resulta también un acertijo ¿mágico? descubrir porqué el padrino se inspiró en esa pieza que no es precisamente dentro de la inmensa cantidad de escritos, cartas y proclamas la que mejor representa el pensamiento de Bolívar ni como militar, ni como estadista.
Cuando se escriba un resumen histórico de la literatura mágica es posible que aquel “españoles y canarios” de Bolívar en el siglo XIX se amalgame con el XXI así: “Estudiantes y trabajadores contad con la muerte, si manifiestan contra la tranquilidad del usurpador”. Convengo que, como en todo resumen, se desnaturaliza la resolución del padrino porque ésta es muy extensa lo contrario del Decreto, que por revestir la forma de una proclama imponía su brevedad. No obstante lo extenso de la resolución, ésta carece del equivalente a la segunda parte de la proclama, la invitación a los americanos a unirse a la causa independentista y sobre todo la garantía anticipada de impunidad implícita en la frase “aunque seais culpables”.
Sin embargo, si se hace un esfuerzo literario para tratar de construir una garantía similar a la que comporta la frase citada, algo parecido pudiera ser: “Bolivarianos civiles militarizados o militares incivilizados contad todos con CENCOEX y el 6,30, aunque hayan empleado en su provecho lo recibido de CADIVI”.