¿Cuánto, cómo, bajo qué requisitos, desde cuándo…? Las preguntas se multiplicaban este miércoles entre el venezolano común, analistas y prensa local sobre la operación del nuevo mecanismo cambiario en Venezuela, que tras años de estricto control de divisas promete un “sistema libre”.
Por Sofia MISELEM/AFP
La noticia del lanzamiento del denominado Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que apunta a transar divisas extranjeras sin limitación alguna, ocupa las primeras planas con declaraciones de autoridades, analistas y recuadros que buscan explicarlo de forma sencilla.
El martes, tras presentarlo, el ministro de Finanzas, Rodolfo Marco Torres, aseguró que las reglas de operación serían publicadas este miércoles en la Gaceta Oficial, pero el órgano de información gubernamental circulaba sin tener impresa palabra alguna al respecto.
“No nos han enviado nada del Simadi. Quizá por la tarde tengamos una edición extraordinaria (…) Una cosa es lo que dice el ministro y otra lo que hacen”, comentó a la AFP vía telefónica personal de la Gaceta Oficial.
– ¿Cuánto? –
Mientras, en la calle los venezolanos se preguntan, poco optimisistas, cómo va a funcionar el Simadi y si podrán participar sin mayores requisitos habida cuenta los interminables trámites burocráticos que agobian su vida.
“Por supuesto que me gustaría participar, pero dudo mucho que funcione. El gobierno no tiene dólares y no veo a empresas metiendo divisas”, dijo a la AFP Daniel Arias, profesionista de 40 años.
Hasta ahora, el gobierno sólo ha dicho que este nuevo mecanismo cubrirá un 5% de las necesidades de la economía y que estará alimentado por empresas públicas y privadas y particulares que deseen comprar o vender dólares en casa de cambio, bancos y operadores de bolsa.
En Venezuela los particulares no podían comprar y vender dólares libremente desde 2010, cuando desapareció el llamado “dólar permuta”, que permitía a particulares y empresas la adquisición de divisas en casas de bolsa canjeando títulos de valores.
El ministro Torres sostuvo que la tasa del Simadi será fijada por la oferta y la demanda y con ello se plantea la pregunta quizá más insistente: ¿en cuánto arrancará el nuevo dólar?
“En reuniones previas (para definir el Simadi), lo digo de manera extraoficial, las autoridades apuntan a un tipo de cambio de arranque entre 125 y 140 bolívares por dólar”, comentó a Unión Radio Asdrúbal Oliveros, director de la firma Econoanalítica.
– Confianza nula –
Analistas económicos son unánimes al dudar que empresas privadas inyecten divisas ante la nula confianza en el mercado y el gobierno. “No veo a inversionistas privados venir a un mercado que no puede sostenerse”, declaró a medios locales el economista Francisco Faraco.
La fecha de operación del Simadi es otro misterio. César Atencio, presidente de la Asociación de Casas de Cambio, se muestra cauto: “Pareciera que después de carnavales”. Es decir, después de lunes y martes próximos, feriados en Venezuela.
En una casa de cambio de un barrio acomodado del este de Caracas, de las contadas que aún existen en la capital desde que el gobierno decretó el control de cambio en 2003, el ambiente era este miércoles el mismo de todos los días: ni un solo cliente se acerca a cambiar dólares en más de media hora, pues el dólar negro hace muy poco atractiva la tasa oficial.
“Aquí nadie viene a cambiar dólares, sólo algún diplomático de vez en cuando. Tenemos todo el sistema preparado pero no conocemos los detalles. Tenemos que esperar que publiquen el convenio”, dijo a la AFP una de las seis agentes cambiarias.
Venezuela, el país de las múltiples tasas cambiarias –todas con nombre propio y que provocan confusión–, tendrá ahora la tasa Cencoex de 6,30 bolívares para sectores de alimentos y medicinas; el denominado Sicad a través de subastas para sectores no prioritarios y viajeros que empezarán en 12 bolívares; y el Simadi, cuya tasa dependerá de la oferta y la demanda.
Y en medio de todo, el dólar negro o paralelo que ronda los 185 bolívares.
Tras lanzar el Simadi, desaparece el Sicad 2, de marzo de 2014 que prometía venta de dólares a empresas y particulares a una tasa en torno de los 50 bolívares, desatando un efímero entusiasmo entre usuarios que solicitaban una y otra vez dólares para conseguir en el mejor de los casos un puñado.