El Banco Central de Venezuela (BCV) dio a conocer el nuevo convenio cambiario que se aplicará en el país desde este jueves así como los montos que cada persona natural y jurídica podrá adquirir en este sistema “abierto” y “libre” anunciado y que ha sido recibido por la oposición con frialdad, reseña EFE.
El convenio cambiario número 33 informa que los tipos de cambio en la compraventa de divisas a través del conocido como Sistema Marginal de Divisas (Simadi) vendrán marcados “libremente” por los interesados, que podrán negociar montos que dependerán del organismo a través del cual se concrete la operación.
Este Simadi fue anunciado ayer por el vicepresidente para el Área Económica, Rodolfo Marco Torres, y el presidente del BCV, Nelson Merentes, para que los venezolanos y las empresas en el país adquieran de forma “abierta y libre” dólares a un precio marcado por el mercado a través de entidades bancarias, casas de cambio y operadores de valores autorizados.
Esta posibilidad supone una apertura en el rígido sistema de compraventa de divisas que existe en Venezuela desde 2003 y que dejaba en manos del Estado el monopolio de su entrega a particulares y empresas y que ha sido señalado por opositores y economistas críticos como uno de los responsables de la complicada situación económica que vive el país.
A través de las bancos la empresas podrán transar un mínimo de 3.000 dólares, cantidad que no aclara si tendrá un máximo diario, mientras que los venezolanos tendrán la posibilidad de comprar desde un mínimo de 300 dólares según un aviso oficial que acompaña al convenio.
Las casas de cambio por su parte facilitarán “diariamente” 300 dólares -200 si se desean recibir en efectivo-, monto que no podrá superar los 2.000 mensuales ni los 10.000 dólares por año calendario por persona.
El Simadi entrará en vigor el miércoles a excepción de estas operaciones de “menudeo” en las casas de cambio y bancos, que comenzarán la semana que viene para que estas “efectúen las adecuaciones pertinentes que le permitan realizar tales transacciones” indica el convenio en su último artículo.
Este mecanismo trabajará con el remodelado Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), en el que se fusionaron sus dos versiones anteriores y que comenzará a trabajar con el precio de 12 bolívares por dólar en el que cerró la última subasta de su versión I, la más baja.
Se complementará también con la tasa fija de 6,3 bolívares por dólar y a la que solo accederán el sector de alimentos y salud, informaron ayer Marco Torres y Merentes en la rueda de prensa desde la sede del BCV en la que desvelaron estas modificaciones del sistema de adquisición de divisas.
Estas medidas fueron recibidas hoy con frialdad y escepticismo por parte de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que engloba a la mayoría de los partidos de oposición, que las calificó, a través de palabras de su secretario ejecutivo recogidas en un comunicado, Jesús Torrealba, de “insuficientes y contraproducentes”
“Mantener la paridad a 6,30 sin anunciar qué medidas van a tomar para impedir que la divisa a ese precio siga siendo secuestrada por las mafias gobierneras (…) es mantener abierto el grifo de la corrupción”, afirmó Torrealba citado en el escrito.
Indicó que el reformulado Sicad “será simplemente otro mecanismo más para beneficiar a un grupo selecto” si se mantiene a discreción de funcionarios gubernamentales y que el Simadi todavía debe de demostrar “que tan libre verdaderamente es”.
Por su parte el presidente de la principal patronal venezolana (Fedecámaras), Jorge Roig, aseguró ver “partes positivas” en los anuncios sobre el sistema cambiario.
“Vemos algunas partes positivas en los anuncios de ayer y queremos comenzar por allí, la parte positiva (…) es que se está fijando un tramo que deja que sea la oferta y la demanda quienes fijen el precio como debería ser normalmente en un mercado”, dijo Roig a periodistas.
El presidente de Fedecámaras espera que el Sidami “arranque con buen pie” pero señaló que el hecho de que existan “cambios diferenciales muy grandes” entre los tres mecanismos lleva a que persistan “las causas de fondo que llevaron al acaparamiento, la especulación y el contrabando”.
Venezuela vive desde hace meses una complicada situación económica, con una inflación interanual que superó el 63 por ciento en noviembre y una escasez recurrente de productos de primera necesidad.
A estas situación se añade la caída de los precios petroleros, producto del que el país caribeño es el quinto exportador mundial y poseedor de las mayores reservas del planeta y que ha supuesto una fuerte mengua en la principal fuente de ingresos en divisas de una economía altamente dependiente de las importaciones. EFE