Guardando las evidentes diferencias entre los personajes y los tiempos, la reciente resolución No. 8610 aparecida en Gaceta Oficial y firmada por el Sr. Ministro de la Defensa guarda relación con la Proclama de Guerra a Muerte en lo desproporcionado de la misma. Claro, cuando el padre de la patria emite la proclama antes mencionada, lo hace procurando instar de la manera más dura a su enemigo a respetar los tratados y formas de la guerra, entre ellos y muy importante, el trato dado a los prisioneros de guerra.
Ahora, cuando el Sr. Ministro de la Defensa emite esta resolución, lo hace procurando incentivar el miedo en los grupos de oposición y en los ciudadanos, que hastiados de la crisis salen a protestar y a manifestar su descontento.
El Sr. Ministro quiere con esta resolución que los venezolanos entendamos que la protesta está prohibida por decreto, y que en caso de desobedecer los mandatos del Gobierno, la respuesta de este no se hará esperar, como no se hizo esperar en las protestas del pasado año, que estremecieron las bases del poder y que fueron reprimidas con desproporción y brutalidad. Muchas cosas podemos hablar de estas protestas, sin embargo, las causas en contra de quienes violaron los DDHH están siendo preparadas y procederán en su momento contra quienes cometieron los excesos.
Las protestas que nos preocupan a los venezolanos de bien, son las que vendrán, ya que con la crisis que vivimos son inevitables, y con resoluciones como estas, no importando lo que busque el gobierno que en el fondo es someter a la población por miedo a la represión, dan herramientas falsamente legales a funcionarios para atender de manera desproporcionada e ilegal el control de Manifestaciones.
El artículo No. 68 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prohíbe taxativamente el uso de armas de fuego en el control de manifestaciones pacificas. Entonces en un acto de suma arbitrariedad el Sr. Ministro faculta a un funcionario de grado menor para calificar o clasificar las Manifestaciones y Protestas Ciudadanas, y le confiere con esa potestad la posibilidad de atender, en vez de su control, su disolución temprana ante el menor grito o la primera muestra de Desobediencia Civil. Luego de ello, el espantado funcionario a cargo del control de la Manifestación podrá mandar a guardar las macanas y los escudos, y ordenará calar bayonetas a los nuevos Kalasnikov y formar en filas para acabar con el “enemigo”, que somos en la realidad ciudadanos venezolanos descontentos protestando.
La historia durante estos años de involución mal llamada revolución nos ha dicho con insistencia que la violencia ha sido propiciada desde el oficialismo, con sus discursos cargados de odio, y con su accionar violento. De más está decir que los colectivos armados en las barriadas no responden a los intereses de quienes hacemos vida en la oposición. Esos colectivos fueron conformados, entrenados y armados por el oficialismo, para la defensa de la revolución, y operaron de manera irregular en contra de las protestas acaecidas el pasado año.
El Sr. Ministro de la Defensa con la resolución 8610 emite una Proclama de Guerra a Muerte a todos los que hacemos vida en la Oposición Venezolana, expresando de manera tácita que cualquier Manifestación podrá ser disuelta de manera violenta ante la menor expresión de desobediencia… “venezolanos, someteos a los dictámenes de la Revolución, o contad con la muerte, sobrevenida mediante el uso de las armas dispuestas por la República para la defensa integral de la Revolución. Revolucionarios, contad con la vida, si y solo si, seguís los dictámenes de la Revolución”.
Acabo de mundo.
Por Iraida Villasmil Dip CLEZ/ Abog @villasmiliraida