Desde el 2013 un grupo de hackers dispersos por todo el mundo ha robado cientos de millones de dólares a los bancos. Para conseguirlo se han infiltrado en los sistemas informatizados de las compañías, empezando por empleados de bajo nivel y llegando a controlar todos los aspectos de seguridad de las sucursales.
La investigación empezó a finales de 2013, cuando un cajero en Kiev empezó a soltar billetes a la calle sin ningún motivo aparente durante lo que parecían horas aleatorias; el dinero era recogido por los transeúntes que pasaban cerca. Parecía simplemente que estas personas habían tenido mucha suerte y que el cajero había sufrido un fallo fatal.
Sin embargo, cuando Kaspersky investigó el problema, descubrió que esas personas no paseaban por allí por casualidad, y que sabían con certeza que el cajero iba a “fallar” a esas horas concretas; eso es porque en realidad todo era una trama ideada por hackers.
Hackers roban millones usando malware
Los atacantes habían conseguido entrar en los ordenadores internos de las sucursales, los usados para procesar las transferencias y organizar las cuentas. El malware instalado permitió registrar todos los movimientos realizados a lo largo del día, incluidos los registros de las cámaras de seguridad. Los hackers enviaban esa información a grupos criminales en Rusia, China, Estados Unidos y Europa.
Una vez que tomaron el control de los bancos, los hackers se hicieron pasar por los empleados y realizaron varias transferencias de millones de dólares a cuentas situadas en otros países, además de tomar el control de los cajeros para que “escupiesen” dinero a horas determinadas.
La mayoría de las transferencias eran de pequeñas cantidades para no levantar sospechas, ya que los atacantes pretendían imitar la actividad diaria de los empleados, aunque algunas llegaron a ser de 10 millones de dólares.
Representantes de Kaspersky definen este como “el ataque más sotisficado que el mundo ha visto”, en lo que respecta a las tácticas y los métodos usados por los hackers para evitar ser cogidos.
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