A ellos, tener una dieta balanceada les cuesta bastante más que al promedio. Su organismo no asimila los alimentos de forma regular. Unos gramos más de azúcar en la sangre pueden significar, en los casos más extremos, la diferencia entre la vida y la muerte. eltiempo.com.ve / Alejandra Rodríguez Álvarez
Y no es que antes no haya sido complicado, para diabéticos y celíacos, adquirir los comestibles adecuados para mantener a raya sus padecimientos, sino que, ahora, con una tasa de inflación anualizada de casi 64% y un índice de escasez de 29% (última cifra publicada por el Gobierno en febrero de 2014), a quienes batallan contra esas enfermedades las condiciones se les han vuelto más difíciles.
Fallas que enferman
Los requerimientos alimenticios de las personas con diabetes y síndrome celíaco son muy distintos unos de otros y, dependiendo de cada caso, los comestibles que necesitan son más o menos fáciles de conseguir. Por ejemplo, quienes tienen síndrome celíaco no pueden ingerir harina de trigo, por lo que la escasez de ese producto, que el año pasado estuvo ausente de los anaqueles por prolongados períodos, no les afecta; sin embargo, las marcas de harina de maíz que sí pueden ingerir, tampoco se consiguen en los automercados.
En general, quienes padecen enfermedades que requieren dietas especiales están afectados en alguna medida por la escasez y la desbordada inflación que mantiene por las nubes el precio de la comida.
Para el presidente de la organización no gubernamental Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), Francisco Valencia, es “obvio que si ya la escasez de alimentos afecta a personas saludables, a personas con dietas específicas mucho más”. Recordó que, en varias ocasiones, Codevida ha solicitado al Gobierno resolver, en primera instancia, lo referente al sector alimenticio y al sector salud, “porque sin una buena alimentación no hay salud”.
Desde el año pasado, especialistas han advertido lo inadecuada que es la dieta alimenticia de los venezolanos. A finales de 2014, la experta en planificación alimentaria nutricional y coordinadora de investigación de la Fundación Bengoa, Maritza Landaeta, dijo a El Tiempo que “los venezolanos están comiendo lo que consiguen en el supermercado, lo más económico.” Y, aclaró, “que eso no siempre es lo más sano.”
La experta precisó que actualmente 75% de la fuente de calorías del venezolano son los carbohidratos y las grasas. La ingesta de comida del ciudadano común, está muy lejos de ser saludable.
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