Lo que mal comienza mal termina. Un refrán popular en Venezuela dice “Del apuro no queda sino el cansancio”. El gobierno de Maduro junto al Banco Central de Venezuela lanzaron el “Sistema Marginal de Divisas” (SIMADI) sin tener listas las plataformas operativas y tecnológicas y sin provisionar a los bancos y casas de cambio de dólares en efectivo para atender la demanda. Las resoluciones salen después que se evidencian las fallas del sistema.
He aquí algunos hechos.
1. El mercado está sobre demandado. Aún a Bs 172, la gente quiere comprar dólares. De hecho antier y ayer la demanda corporativa y de personas naturales fue de US$ 50 millones. No hay oferta para satisfacer esa demanda tan elevada.
2. Cada demanda se tiene que cruzar con una oferta, sino no se asignan los dólares. Ejemplo. Si un cliente va al Banco A a comprar US$ 5.000 el Banco A debe tener alguien que quiera vender U$ 5.000 dólares, sino no se da la transacción.
3. Lo anterior podría subsanarse si el BCV actuara con una mesa de cambio donde se oferte dólares, pero no es así. Tampoco hay mercado interbancario, es decir que el Banco A le compre al Banco B para satisfacer la demanda del cliente final.
4. Visto las cosas así, el SIMADI, hasta ahora lo que es un trueque de Bs por US$, no un mercado cambiario y mucho menos libre.
5. Lo más grave es que ya el BCV comenzó a no aceptar precios mayores a Bs 175, de algunos que querían vender y su oferta no fue aceptada.
Expertos consultados por lapatilla.com ven al SIMADI como una caja negra, sin los detalles de los compradores, vendedores y las cantidades transadas. Le ven, con tantas imperfecciones e improvisaciones, una vida muy corta (lapatilla.com)