Juan José Moreno A.: Las inaplazables tareas

Juan José Moreno A.: Las inaplazables tareas

thumbnailjuanjosemorenoYa no sorprenden a los venezolanos los actos arbitrarios del régimen actual que, en contravía de lo que ocurre en el resto de países del mundo incluyendo a los latinoamericanos a los que el chavismo ha contribuido a sacar de abajo, marchan hacia su modernización como Estados. En Venezuela se “institucionalizó” lo que perfectamente podemos definir como Dictadura del Siglo XXl.

La abusiva y cínica actuación acostumbrada de Maduro, cuya legalidad presidencial está hoy más cuestionada que nuca ante serias denuncias de usurpación de poder no desmentidas, se pone hoy nuevamente de manifiesto con la detención del alcalde metropolitano Antonio Ledezma, el secuestro político de Leopoldo López  y la amenaza de allanamiento a la inmunidad parlamentaria contra Julio Borges, entre otros.

Por lo demás, a estas alturas todo el mundo está claro en relación con la situación que enfrentamos como país: la crisis económica y la inseguridad personal y social las sufrimos por igual todos los venezolanos  alineados a favor o en contra del régimen farsante e incapaz que venimos soportando a lo largo de estos quince años, sin aparente posibilidad de sacudirnos de él.





Sin embargo, existe un sector que está más claro que otro: uno, que se basa en el análisis de los indicadores científicos y técnicos que arrojan cifras irrebatibles sobre, por ejemplo, niveles de inflación, carestía, pobreza, calidad de vida, transparencia administrativa, inversiones, producción y productividad , riesgo país, seguridad social, jurídica y política, entre otros que nos hablan de calidad de democracia; otro, fiel creyente de una ideología que le pinta un mundo maravilloso donde el pobre es supuesto protagonista y el cielo está más cerca de él, y cuya única fuente de información es el bombardeo propagandístico  que lo coloca como receptor de las más inverosímiles mentiras construidas en esa especie de laboratorio malicioso al mejor estilo de las dictaduras nazistas.

Se trata de una situación que debe ser abordada con empeño y la mayor dedicación por parte de todos quienes  estamos convencidos de que la situación del país es cada vez más grave, especialmente por los maquiavélicos mecanismos de perpetuación en el poder que ejercen sobre el pueblo y sus dirigentes legítimos las inclementes e indecentes mafias que nos gobiernan, para pasar de una vez por todas a una arremetida que nos permita revertir el estado de cosas que nos afecta a todos los venezolanos.

No basta a estas alturas insistir en  argumentaciones que nos convenzan sobre la necesidad de actuar a quienes ya  hemos alcanzado un nivel de concientización suficientemente sustentado sobre la realidad del país, sino de pasar de una vez por todas hacia el ejercicio de un proceso de concienciación, con un mensaje efectivo que permita abrirle los ojos a quienes se encuentran sumidos en la fantasía que los engaña y los hace fieles defensores de la mentira que se les inyecta desde las altura del poder. Esa, sinceramente, debe ser la tarea inaplazable de quienes nos encontramos en este lado de la opinión pública nacional.

El cumplimiento de esa tarea nos impone, en primer lugar, realizar los mayores esfuerzos para que, aun con las razonables y justificadas diferencias que orientan nuestras acciones como agrupaciones políticas, podamos confeccionar ese mensaje unitario que nos permitan plantear con claridad los propósitos que nos animan a emprender el rescate del país.

Una de nuestras primeras acciones debe ser acercarnos a los sectores del propio chavismo, contentos y descontentos,  que en estos momentos se encuentran confundidos frente a  las dos realidades que viven: por una parte, esa que viven en su ámbito personal  en su afán de satisfacer las necesidades más elementales de su grupo familiar; frente a la que se les trata de vender a través de los medios de comunicación para convencerlo de que viven en el mejor país del mundo. También, hacia los indiferentes o no conscientes del todo, del por qué de la situación y cuál puede ser la verdadera salida.

Pero ya no basta solo con el empleo de las redes sociales que, a fin de cuentan, solo llegan a nuestros propios grupos de referencia o copartidarios; es preciso emprender o reiniciar el trabajo “boca a boca”, la reunión directa con grupos organizados (vecinales, trabajadores, estudiantiles, entre otros), no solo para llevarles un mensaje, sino especialmente para escucharlos y compartir sus inquietudes y propuestas.

Hay, por otra parte, una acción que es tan impostergable como la anterior: ubicarnos ante la posibilidad real de asumir el control, en el curso de este mismo año, de la Asamblea Legislativa, como primer paso para la conquista del poder. Pero, para lograrlo, existe una tarea que debemos iniciar ya; no podemos seguir perdiendo tiempo,  y es obligar por todos los medios posibles al Consejo Nacional Electoral, para que anuncie el cronograma destinado al cumplimiento del respectivo proceso.

Percibimos que ha de ser una tarea bastante difícil, dada la manifiesta complicidad del organismo electoral con el régimen y la inminente posibilidad de lo que ya se anuncia como el aplastante triunfo de la oposición sobre el partido de gobierno, hecho que tratan de evitar con maniobras como la que hoy desarrollan con el supuesto golpe de Estado; pero junto a esta acción, es preciso que agilicemos los mecanismos que nos permitan la selección de nuestros candidatos al parlamento. Y eso también es para ya.