La ola de ajusticiamientos a jóvenes que alarma a Venezuela

La ola de ajusticiamientos a jóvenes que alarma a Venezuela

(Foto AP)

Venezuela está alarmada. Y es que en medio de la detención del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma y la agresión sufrida por Leopoldo López en la prisión Ramo Verde, se ha pasado por alto una oleada de jóvenes que presuntamente estarían siendo ajusticiados en el país.

Durante la semana se han reportado hasta cinco casos diferentes de jóvenes que han aparecido sin vida, todos ellos con torturas significativas e impactos de balas en sus cabezas. La mayoría habían sido detenidos o reportados desparecidos.

El pasado 17 de febrero los estudiantes José Daniel Frías Pinto (20) y Julio Alejandro García Adonis (22) de la Universidad de Los Andes (ULA) fueron encontrados muertos en un matorral en el estado Zulia. Ambos se encontraban maniatados, con signos de tortura y con disparos en la cabeza.

Según reseñó Diario Contraste, el alcalde de Mérida, Carlos García, ambos jóvenes fueron detenidos por la policía durante una manifestación y desde entonces se desconocía su paradero.

Dos días más tarde (19 de febrero), fue encontrado el cuerpo (en avanzado estado de composición) de Jhon Barreto Ramírez (21) en el estado Táchira. El joven estudiaba en la Universidad Nacional Experimental Del Táchira (UNET). Al igual que los estudiantes de la ULA, Barreto tenía una herida de bala en la cabeza.

Familiares lo habían reportado desaparecido desde el viernes 06 de febrero del presente año, reseñó El Diario de Los Andes.

Finalmente, el sábado 21 de febrero en Catia fueron encontrados sin vida los cuerpos de los jóvenes Yasmir Tovar y Luis Aranyi García, asiduos manifestantes opositores en Caracas. Ambos cuerpos tenían heridas de balas en sus cabezas. Todo indica que eran amigos y trabajaban juntos.

El fotoperiodosta de NTN24, Sincepto, relata en su cuenta Twitter que aún no se ha esclarecido detalles de estas muertes. Asimismo asegura que ambos jóvenes no fueron detenidos el pasado viernes en Altamira, como indicaban algunos rumores.

LaPatilla.com/Ricardo Moros

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