Gremios médicos y farmacéuticos de la nación han reportado en los últimos meses la escasez de métodos anticonceptivos en los anaqueles de expendios especializados y un sondeo realizado por el equipo de El Periodiquito a través de diferentes droguerías de Maracay reveló que existen problemas en la distribución de estos preservativos. Así lo reseña elperiodiquito.com / Julio Alberto Gil
La situación se torna más compleja si se trata de métodos para uso femenino, especialmente los de tipo oral ya que la frecuencia con la cual se consiguen en distintas farmacias es muy baja. En una droguería localizada al norte de Maracay no existe exposición en los anaqueles, hay que dirigirse a la taquilla de la farmacia y consultar por la disponibilidad del producto deseado. Allí, la existencia es prácticamente nula y si se trata de métodos de emergencia como la pastilla del día después, no se ven en la estantería desde hace no menos de tres meses.
A modo de broma, una de las encargadas comentó que se ha convertido en algo común decirle a las clientas que “compren pañales”, comentario sarcástico que corresponde a un embarazo seguro, ya que no se consiguen las pastillas y de hallarlas, la usuaria debe conformarse con pocas alternativas. En este comercio la oferta es escasa y la lista de lo que no se encuentra disponible es mayor que la de los que sí están en existencia. En el caso de las pruebas para detectar embarazos, solo se encuentran los “de vasito”.
Se consultó a algunas usuarias sobre su postura en relación al tema. Renee Arias (22), vecina de una comunidad del sur de Aragua que estaba de visita en una farmacia localizada en la avenida Miranda de Maracay, indicó que pasó más de un mes buscando un tratamiento en diferentes locales de la ciudad, y fue hasta ese momento que le indicaron que solo existía una caja del compuesto que requiere para su control hormonal. Agregó que en los comercios grandes o cadenas es prácticamente imposible encontrar lo que busca, al tiempo que señaló que ha tenido más suerte en farmacias pequeñas “que por lo general disponen de mayor variedad y no hay que hacer tanta cola”.
Arma de doble filo
Lo poco que se consigue ocasiona efectos secundarios a las consumidoras, de acuerdo a lo comentado por algunas mujeres consultadas. Sea por prevención o por algún método de control hormonal, si una fémina ha sido recetada con una determinada prescripción lo más probable es que cambiar de fórmula le resulte incomodo ya que pueden presentarse síntomas como aumento de peso, cefalea, cloasma, infección en las vías urinarias, disminución de la libido, ansiedad o depresión. Las vendedoras, conocedoras de la materia confirmaron que no todas las pastillas son iguales ni todos los organismos las toleran o reaccionan de igual forma.
Carolina Domínguez (25), habitante de la Fundación Mendoza, indicó que padece cuando no encuentra un tipo de pastilla conocida bajo el nombre comercial de Yasmin y eso es “casi siempre”, entonces tiene que recurrir a un medicamento similar denominado Genesa que tiene los mismos compuestos. Afirmó que ha intentado suplirlas con otras tabletas de nombre Belara, pero decidió no continuar ya que le provoca náuseas y extrema sensibilidad a los olores.
Laura y Maritza, viven otra condición. Ellas no pueden consumir anticonceptivos vía oral por algunas condiciones de tipo médico que les podrían causar graves secuelas. Ellas asumen que el mejor método o el que más les conviene es el del preservativo pero en ese apartado también se las ven negras ya que la oferta es escasa y la variedad es mucho menor que por ejemplo hace un año. Laura dijo que “hace un año se encontraban las mejores marcas y sin ningún problema en cualquier farmacia, pero ahora hay que dar vueltas para encontrarlos y lo que se ve son marcas que no transmiten mucha confianza”.
Volviendo al recorrido, en otro establecimiento localizado en la Fundación Mendoza de Maracay, las encargadas ofrecen cierta variedad de píldoras como Arlette, Caricel, Levonor, Femelle, Gynorelle, Marvelon, Minigynon, Novial y Neogynon, pero reconocen que ha disminuido el ritmo y la frecuencia en la distribución de los fármacos y en algunos casos pasan hasta tres o cuatro semanas sin recibir los pedidos efectuados.
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